Aylan Kurdi, uno de los dos niños sirios muertos por el naufragio de una embarcación llena de refugiados (Reuters)
Aylan Kurdi, uno de los dos niños sirios muertos por el naufragio de una embarcación llena de refugiados (Reuters)

Redacción PERÚ21

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UN NIÑO EN LA ORILLA

Aylan Kurdi es el niño que aparece muerto en la foto que ha dado la vuelta al mundo. Era sirio, tenía tres años y murió intentando llegar a Grecia desde Turquía.

Su hermano Galip, de cinco, y su madre, Rehan, también fallecieron en el naufragio junto con 10 personas más. Solo el padre, Abdullah, consiguió sobrevivir y .

Los integrantes de la familia habían pedido asilo en Canadá, donde vive desde hace más de 20 años la hermana del padre, pero se los denegaron el pasado junio. Luego de eso, las Naciones Unidas no los reconocieron como refugiados y el gobierno turco no les daba la visa para salir del país.

La familia Kurdi decidió emprender el viaje por el mar Mediterráneo e intentar llegar a Europa con una lancha neumática, explicó la hermana de Abdullah, Teema Kurdi, .

Abdullah, el único superviviente de la familia, que "empezó a entrar agua en el bote donde viajábamos, algunos entraron en pánico y la embarcación se volcó. Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías".

ESCAPAR A EUROPA

Los Kurdi huían de la ciudad siria de Kobani, tomada por el grupo yihadista Estado Islámico, que está sembrando el terror en todo el país. "Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra", relató el padre de Aylan.

Se calcula que más de cinco millones de sirios se han desplazado a los países vecinos y, de estos, uno de cada diez intenta llegar a Europa, la coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo, Paula Farias, a Perú21.

La fotografía de Aylan ha alertado al mundo pero Europa hace años que se enfrenta al fenómeno migratorio a través del Mediterráneo. La Organización Internacional para las Migraciones de la ONU reportó que, solo en lo que va de 2015, más de 350.000 personas han cruzado el mar y se calcula que 2,643 han muerto en los naufragios, pero pueden ser muchos más:

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) promedió que se habían incrementado en más de un 80% los desplazados que intentaban cruzar. Europa no se enfrenta a una crisis migratoria sino a una crisis humanitaria.

Grecia e Italia son los países que más inmigrantes y refugiados acogen pero muchos de ellos se desplazan por el resto de estados de la Unión Europea. Los pronósticos dicen que el flujo no cesará, aunque los meses de junio a septiembre son los más propicios para cruzar el mar.

El destino más solicitado es Alemania – más de 100.000 personas pidieron asilo en agosto- y para llegar usan cualquier medio de transporte.

Las últimas semanas se ha informado que 20 personas que murieron asfixiadas cuando en Austria o de aquellos miles de refugiados que, atrapados en Budapest (Hungría), piden a gritos que se dirigen al país germano.

¿LA SOLUCIÓN?

Los distintos países miembros de la Unión Europea están afrontando de varias maneras la crisis, pero de momento no encuentran una solución conjunta.

El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, propusieron un mecanismo "obligatorio y permanente" de distribución de los refugiados.

Asimismo, la Comisión Europea propondrá la semana próxima que los estados miembros se repartan a 120.000 asilados que se encuentran entre Hungría, Grecia e Italia. Las cifras triplican lo que el mismo organismo planteó en mayo.

Esta medida no acaba de contentar a todos los estados. La primera ministra de Polonia, Ewa Kopacz, aseguró que no aceptará la imposición de cuotas de la Unión Europea, y su homólogo húngaro, Viktor Orbán, concluyó que la crisis migratoria no es un problema europeo, sino alemán. "Nadie quiere permanecer en Hungría ni en los países pobres vecinos", añadió.

El primer ministro británico, David Cameron, cree que aumentar el número de refugiados que el Reino Unido puede acoger no es "la respuesta" a la crisis humanitaria. "Creemos que lo más importante es intentar llevar la paz y la estabilidad a esa parte del mundo", añadió Cameron.

Por su parte, un niño sirio varado en Budapest, Kinan Masalemehi de 13 años, comentó a la televisión Al Jazeera que "a la Policía no le gustan los sirios ni en Serbia, ni en Macedonia, ni en Hungría, ni en Grecia… Mi mensaje es: por favor, ayuden a los sirios. Los sirios necesitamos ayuda ya. Nosotros no queremos ir a Europa, simplemente parad la guerra en Siria. Simplemente eso".

Una Europa desunida no encuentra como actuar para hacer frente a "la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial", tal y como la calificó la cooperante de Médicos Sin Fronteras, Paula Farias.

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