Redacción PERÚ21

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La imagen del extinto capo del narcotráfico ya no solo está en televisión y álbumes coleccionables. Ahora aparece estampada en camisetas de transeúntes por las calles de Estados Unidos, México, España y Austria, aseguró el viernes su hijo, creador de la línea de ropa a la que pertenecen las prendas.

La idea de vender la imagen de en camisetas y pantalones fue de su hijo Juan Pablo, de 35 años, quien desde hace casi 20 vive en Argentina. Juan Pablo adquirió legalmente el nombre de Sebastián Marroquín para evitar una relación inmediata con el mundo de la mafia tras salir de Colombia en diciembre de 1994, según contó.

La particular idea de la colección de ropa surgió hace cinco o seis años, explicó Marroquín en entrevista telefónica con la agencia AP desde Buenos Aires.

"Yo venía trabajando en mi mente cómo desarrollar la idea, que finalmente pudo ver la luz hace un año y las primeras prendas de vestir salieron al mercado entre mayo y junio", agregó.

Por su parte, familiares de las víctimas de Escobar, quien fue abatido por la policía colombiana en diciembre de 1993, dijeron que aunque su hijo tiene derecho a ganarse la vida legalmente, no era correcto explotar la imagen de un delincuente.

Entre las imágenes que aparecen en las prendas figuran fotos de la cédula de ciudadanía del capo, sus tarjetas de crédito, su certificado judicial expedido por la desaparecida policía secreta o el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el carné del colegio donde estudió el bachillerato y un permiso del Congreso que, hacia 1982, le permitía estacionar en cualquier sitio dada su calidad de legislador, narró su hijo.

Los precios de las 10.000 camisetas que se han lanzado al mercado oscilan entre los 65 y los 95 dólares cada una, dijo Marroquín. Aparte de Estados Unidos, México, España y Austria, los fabricantes recibieron propuestas de tiendas de Italia, Israel, Rusia y Japón, agregó.

La empresa y la marca de la ropa se llama Escobar-Henao, el apellido paterno y materno que originalmente tenía Juan Pablo. La ropa se produce en una fábrica de Medellín.

Marroquín sostiene que escogió dicha ciudad, entre otras cosas, para apoyar la industria nacional, para generar empleo y para tratar de disminuir la violencia que su padre durante más de una década sembró en sus calles. Al menos ocho personas trabajan de forma directa en la fabricación de las prendas, dijo.

La ropa, sin embargo, no se está vendiendo ni se venderá en Colombia por respeto a las víctimas del accionar criminal de Escobar, indicó. "No queremos lucrarnos del dolor de ningún colombiano", aseguró.

Marroquín detalló que parte de las ganancias que obtiene, cuya cuantía no detalló, son invertidas para apoyar a familias en Medellín. La ayuda puede ser en especie, por ejemplo con una silla de ruedas, o con servicios como tutorías estudiantiles. Las familias que reciben el apoyo prefieren permanecer en el anonimato.

De la multimillonaria fortuna que tuvo su padre, tanto él como a su madre, Maria Valeria Henao, y a su hermana Manuela no les quedó nada. "Lo único que (nos) queda de Pablo Escobar es el ADN", aseguró.

Aunque en la prensa surgió dudas sobre su patrimonio, recordó que la Corte Suprema de Justicia de Argentina, tras un proceso de siete años en distintos juzgados, le absolvió en 2006 de cargos por lavado de activos y no tiene procesos pendientes en Colombia. Dijo que él mismo financió la colección de ropa junto a otros empresarios, a quienes no mencionó.