Redacción PERÚ21

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En , un bebé llamado Noah, hijo de británica Asheligh White, fue víctima del simple tipo 1 (HSV1), un virus contagioso que lo llevó a enfermarse gravemente.

Según informó BBC Mundo, se trata del mismo virus que causa el herpes labial en los adultos y que aparece como unas ampollas que provocar ardor y picazón, pero que desaparecen en una semana.

Sin embargo, en los bebés este virus puede causar discapacidad neurológica permanente y hasta originar la muerte.

Si una persona contagiada con el virus tiene una úlcera bucal y le da un beso a un niño, puede contagiarle y desarrollar la enfermedad. Ocurre que el sistema inmunológico de los pequeños no está lo suficientemente desarrollado para poder enfrentar este tipo de virus.

A esta forma de transmisión se le conoce como el "beso de la muerte".

La madre contó que el virus "casi mató" a su hijo. "Su ojo comenzó a hincharse y a formar un poco de costra. Y unos días después aparecieron ampollas", recordó la madre Asheligh White en BBC Mundo. 

Se trata del mismo virus que causa el herpes labial en los adultos y que aparece como unas ampollas que provocar ardor y picazon, pero que desaparecen en una semana. (Getty/Referencial)
Se trata del mismo virus que causa el herpes labial en los adultos y que aparece como unas ampollas que provocar ardor y picazon, pero que desaparecen en una semana. (Getty/Referencial)

Según agregó la progenitora, el virus fue detectado a tiempo antes de que se desarrolle como una enfermedad sistémica que iba a "afectar a todos sus órganos vitales".

Incluso, hubo un momento en que pensaron que el niño iba a quedar ciego debido a las ampollas en sus ojos.

Según la (OMS), el herpes neonatal es considerada una enfermedad rara que se da en 10 de cada 100 mil bebés nacidos en el mundo.

Liz Bragg, pediatra y miembro de la Junta de Salud de la Universidad de Cardiff y Vale, precisó que una vez que contraes el virus, lo tendrás para siempre.

Tras ser infectado, permanece latente en el sistema nervioso periférico y se activará cuando haya periodos de estrés.

Aconsejó a los padres no asistir con el bebé a lugares donde estén llenos de gente o pasarlo de mano en mano para evitar el contagio.

Noah permaneció en el Hospital Infantil de Sheffiel, al norte de Inglaterra, por espacio de dos meses y medio. Allí recibía antivirales durante dos semanas.

A esto se suma que tuvo que tomar los mismos antivirales por un periodo de 6 meses como medida de prevención.

Hubo un momento que pensaron que el niño Noah iba a quedar ciego debido a las ampollas en sus ojos. (Getty/Referencial)
Hubo un momento que pensaron que el niño Noah iba a quedar ciego debido a las ampollas en sus ojos. (Getty/Referencial)

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