Al menos 200 elefantes fueron abatidos desde mediados de enero en el norte de Camerún por guerrilleros de Sudán, que usan la venta del marfil para financiar sus actividades, denunció hoy la web del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, en sus siglas en inglés).
En un comunicado divulgado en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), la organización asegura que al menos 100 cadáveres de los paquidermos han sido localizados en el Parque Nacional Bouba Ndjida, en la frontera con Chad, y que los enfrentamientos armados en la zona han impedido realizar una exploración mayor de la reserva natural.
Según los datos de la organización, numerosas crías de elefantes han quedado huérfanas, y se teme que acaben muriendo de hambre y sed sin la protección de la manada.
La portavoz de IFAW, Celine Sissler-Bienvenu, aseguró que las incursiones de bandas armadas sudanesas desde la vecina Chad son frecuentes durante la temporada de sequía.
Los guerrilleros entran en el país para dar caza a los elefantes y comerciar con su marfil, aunque, según la organización, la "masacre masiva" de este año no tiene precedentes.
"El marfil se introduce de manera ilegal en África Occidental y Central para su venta en los mercados de Asia y Europa, y el dinero obtenido se dedica a comprar armas que mantienen los conflictos armados de Sudán y la República Centroafricana", dijo Sissler-Bienvenu.
El IFAW aseguró que las embajadas de EEUU, la Unión Europea, Francia y Reino Unido alertaron de la situación en el Parque de Bouba Ndjida e instaron a las autoridades a tomar acciones urgentes para detener la caza furtiva de estos animales.
Se desconoce el número exacto de elefantes que quedan en Camerún, pero, según el Informe de Situación de la Población de Elefantes de 2007, realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el país tiene entre 1,000 y 5,000 ejemplares.