Once refugiados murieron esta madrugada producto de un nuevo naufragio en las costas de la isla de Samos (Grecia), ubicadas en el mar Egeo, muy cerca de la costa de Turquía. En el bote viajaban unos 30 refugiados.
Entre las víctimas hay cinco mujeres, dos niños y cuatro bebés quienes murieron ahogados luego de que el bote neumático en el que viajaban se hundió en una zona rocosa.
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La Guardia Costera de Grecia pudo rescatar a 15 personas en un operativo en el que participaron buzos y voluntarios. Hasta el momento se sigue buscando a dos personas desaparecidas en la tragedia, los fuertes vientos en la zona dificultan la labor de rescate.
Todas las víctimas mortales (excepto una) fueron recuperadas de la balsa neumática que estaba hundida a 3 metros de profundidad a apenas 20 metros (yardas) de la rocosa costa de la isla.
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En la madrugada del viernes pasado 21 personas murieron luego de otros dos naufragios en las costas de las islas de Kalymnos y Rodas (Grecia). El jueves por la noche, 16 personas también fallecieron producto de los fuertes vientos.
"Siento vergüenza por la incapacidad de Europa para hacer frente a este drama humano", dijo Alexis Tsipras, primer ministro de Grecia, arremetiendo con dureza contra la forma en que la Unión Europea gestiona la crisis de los refugiados que sigue cobrando vidas casi diariamente.
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En lo que va de año han llegado a las costas griegas más de medio millón refugiados y migrantes.
Mientras tanto, el alcalde de la isla de Lesbos (Grecia) propuso que se recoja a los refugiados con transbordadores, a fin de evitar más muertes producto de los naufragios en el mar Egeo. "Debemos poner fin a este crimen", dijo tras advertir que las morgues de la isla están llenas de víctimas.