Una sentencia a 3 años de cárcel se suman a la lista de escándalos del expresidente Nicolás Sarkozy

Nicolas Sarkozy está decidido a no convertirse en el primer expresidente galo en sufrir una pena de cárcel. Hoy, la justicia francesa resolvió condenarlo a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias, una decisión que el acusado ha apelado. Es el último escándalo en que se envuelto el que fuera inquilino del Elíseo.

Una escucha telefónica de 2014 desató el caso que ahora complica al otrora jefe de Estado, ya salpicado por otras presuntas faltas. El audio develaría el presunto intento de corromper al juez Gilbert Azibert, cuando este pertenecía al Tribunal Supremo. Según la acusación, el exmandatario buscaba obtener informaciones sobre el caso Bettencourt.

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Liliane Bettencourt, la mujer más rica de Francia y una de las principales accionistas del grupo L’Oréal, fue sospechosa de haber entregado irregularmente dinero a Sarkozy para financiar la campaña que lo llevó a la Presidencia en 2007. Esa misma campaña también habría tenido otro peculiar patrocinador: el exdictador libia Muammar Gadafi, derrocado y muerto en 2011. Un hombre de negocios libio que testificó ante la justicia que él había trasladado, en persona, maletas de billetes con dinero libio destinado a financiar la campaña.

Sarkozy volvió a tentar la Presidencia en 2012, y una vez más habría incurrido en irregularidades, por lo que se abrió el llamado caso “Bygmalion”. Se descubrió que el político sobrepasó el límite de gastos permitidos por ley para la campaña. La tesis es que su partido habría ocultado los sobrecostos de mítines y viajes mediante facturas falsas emitidas por la firma de relaciones públicas Bygmalion.

Amores y penas

Desde sus primeros días como presidente de Francia, allá por el 2007, Nicolas Sarkozy daba que hablar. Entonces, la comidilla era la relación con la primera dama, Cécilia Ciganer. Se especulaba de infidelidades mutuas y un matrimonio que no daba para más, lo cual se concretó con un divorcio ese mismo año.

En 2008, pocos meses después de la separación, el mandatario le puso algo de glamour a la política al casarse con la exsupermodelo y cantante Carla Bruni. Ella, ahora, es su principal sostén emocional.

“¡Qué ensañamiento insensato, mi amor Nicolas Sarkozy! La lucha continúa, la verdad saldrá a la luz. Injusticia”, publicó Bruni en Twitter, junto a una foto de la pareja abrazada.

Sarkozy es discípulo del también expresidente Jacques Chirac. En diciembre de 2011, el Tribunal Correccional de París condenó a Chirac a dos años de prisión por malversación de fondos públicos entre 1990 y 1995, cuando era alcalde de la ciudad. Por cuestiones de salud, nunca cumplió la pena. La pregunta es si Sarkozy también podrá esquivar a la justicia.

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