Los primeros resultados de los médicos forenses confirman que los tres policías y el militar colombianos que fueron hallados sin vida en el departamento de Caquetá, al sur de Colombia, fueron ejecutados a quemarropa y por la espalda por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Entre las conclusiones del Instituto de Medicina Legal se detalla que los cuatro murieron en tiempos coincidentes, por impactos de bala por la espalda y que fueron efectuados a menos de 1.50 metros de distancia. Esta versión va de la mano con las declaraciones de Sandra Velásquez, alias 'Rosalba', guerrillera capturada por el Ejército colombiano, quien aseguró que habían decidido matarlos si encontraban resistencia.
"No tuve nada que ver, pero la orden ya estaba dada", comentó en declaraciones difundidas por el diario El Tiempo de Bogotá. Los secuestrados "estaban desesperados y enfermos", añadió la guerrillera que podría pasar 60 años de prisión.
Tras el enfrentamiento entre el Ejército y las FARC, tras el cual se hallaron los cuatro cuerpos, los subversivos culparon al Gobierno de Colombia por interferir en la frustrada liberación de los rehenes. "Lamentamos profundamente el trágico desenlace del demencial intento de rescate", se lee en un comunicado publicado en la página del grupo terrorista.