Piensa en volver. El gobierno interino ha advertido que si Morales regresa, deberá enfrentar a la justicia por el fraude electoral. (Reuters)
Piensa en volver. El gobierno interino ha advertido que si Morales regresa, deberá enfrentar a la justicia por el fraude electoral. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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El último lunes, abandonó Bolivia y se asiló en México. No tuvo otra opción luego de quedar acorralado cuando se hizo evidente el fraude electoral que habría intentado forzar para hacerse de un cuarto mandato. Solo un día después ya anunciaba su intención de volver. Su exvicepresidente Álvaro García Linera, también asilado en México, fue contundente. “¡Volveremos y seremos millones!”, aseguró.

La singular frase, que evoca una sentencia del indio aimara Túpac Katari antes de ser descuartizado, recuerda también un pasaje del libro de Moisés Naím, Dos espías en Caracas, que cuenta los esfuerzos de la inteligencia cubana por influir en Venezuela. En un pasaje de la novela, que puede ser real, se narra una conversación en la que Fidel Castro advierte a Hugo Chávez que esté alerta para que no se convierta en un mártir como el expresidente chileno Salvador Allende (que tras un golpe de Estado ofreció su vida antes que renunciar). La consigna sería clara: replegarse para luego regresar con fuerza.

¿Será esa la estrategia de Morales? ¿La inteligencia cubana o los grupos de inteligencia bolivarianos lo habrán asesorado también para que se asile en México y regrese recargado? Para el politólogo y profesor de la Universidad Mayor de San Andrés, Franklin Pareja, es difícil saber la estrategia de Morales porque en su gobierno ha demostrado que “miente, dice una cosa y hace otra”.

Lo que sí es evidente es que el asilo es una pieza fundamental en su estrategia política y por ello “ha construido” la teoría del golpe de Estado, para adoptar la situación de víctima frente a la comunidad internacional y así reforzar su imagen y convertir su defensa en una causa para sus seguidores. “Morales se fue del país sin que nadie lo echara. Su vida nunca corrió riesgo. Le pidieron que renuncie por el fraude, el pueblo se cansó”, señala Pareja.

Aunque reconoce que Morales sigue siendo un líder en Bolivia, duda de cuán recargado pueda regresar, pues la alianza con los militares, que fue fundamental para el sostenimiento de su gobierno, ya no existe. Además, Morales ha perdido una base social importante y en las últimas elecciones el respaldo del electorado se redujo a poco más del 40%, muy lejano al 80% de sus primeros mandatos. “Por eso está instigando a la confrontación racial y utilizando el argumento indígena, para no perder seguidores”, sostuvo el politólogo.

EVO PIERDE RESPALDO

Uno de los grupos de choque que utiliza Morales son los temidos ‘ponchos rojos’, indígenas de la provincia de Omasuyos, en El Alto (de casi un millón de habitantes) –que en alguna época fueron guerrilleros y llevan ese nombre por su atuendo–. Empero, Andrés Gómez Vela, periodista y profesor de la Universidad Católica de Bolivia, indicó que el apoyo de este grupo a Morales se ha reducido en los últimos dos años.

Ello porque el expresidente no respaldó la protesta popular que en 2017 exigía la renuncia de un alcalde del partido de Evo en Achacachi al que acusaban de corrupto. Morales descabezó a la dirigencia y procesó a su dirigente, y esto no fue perdonado por muchos indígenas. Los ‘ponchos rojos’ terminaron partidos en dos: un grupo que pedía la renuncia del exmandatario y otro que seguía apoyando al gobierno.

Pese a la división, este sector aún representa una fuerza importante, que unida a los dirigentes con raíces aimaras de El Alto y los campesinos del trópico cochabambino, se han convertido en los bastiones del socialismo. Pero Gómez señala que en estos grupos la inquietud no es exclusivamente el retorno de Evo, sino el riesgo de que la comunidad indígena pierda los derechos conquistados en los últimos 13 años. “Por eso los dirigentes buscan un símbolo que los unifique, como la whipala (bandera indígena), para ganar más seguidores”, indica.

El experto explica que lo que buscan estos movimientos es negociar para preservar el movimiento de Morales y por eso apelan al extremismo de los ‘ponchos rojos’. Pero se corre el riesgo de chocar con otro radicalismo: los grupos de la derecha conservadora que han llevado la Biblia a Palacio Quemado y que ahora quieren aplastar al MAS a como dé lugar. En ese escenario, el retorno de Morales a Bolivia podría agravar más la crisis.

TENGA EN CUENTA

- Salvador García Soto, columnista del diario El Universo de México, aseguró que Evo Morales se trasladará a Cuba o Venezuela, en las siguientes semanas, para “armar su plan de resistencia y estrategia para intentar volver a Bolivia a recuperar el poder”.

- García precisó que Evo “necesita un lugar donde tenga menos exposición, política y mediática, y en donde pueda operar más libremente sin comprometer o causarle un problema al gobierno local”.

- En una entrevista en CNN, Morales señaló que mientras la Asamblea Nacional de Bolivia no acepte su renuncia, sigue siendo presidente.

- Además, admitió que sigue en contacto con los manifestantes de El Alto y Sacaba, afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) y advirtió que las protestas no van a detenerse hasta conseguir que Jeanine Áñez renuncie. “Están obligando a que el pueblo se arme”, sostuvo.

- El Gobierno interino de Bolivia denunció que en el país están operando miembros de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, además de cubanos y venezolanos, a quienes acusó de sedición.

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