Redacción PERÚ21

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En medio de críticas, este jueves 21 de junio, en el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco, el presidente de Bolivia, , estrenará la Casa Grande del Pueblo, la nueva casa de gobierno que reemplazará al Palacio Quemado y que el mandatario mandó a construir para simbolizar al Estado Plurinacional.

El edificio de 120 metros de altura y 29 pisos se ubica a espaldas de la antigua casa presidencial, en la plaza de Armas. Fue construido a un costo oficial de 34.4 millones de dólares, aunque la prensa local estima que superaría los 40 millones más gastos de equipamiento.

La principal crítica a la nueva edificación apunta a que rompe la estética de la zona patrimonial del casco viejo paceño, donde se alzan casonas de estilo colonial. La norma municipal prohíbe edificaciones elevadas, un impedimento que pasó por alto con leyes aprobadas por el Parlamento, controlado por su partido.

La construcción, visible desde casi todos los ángulos de la ciudad, incluye tres sótanos y un helipuerto en la azotea. El gobierno ha dispuesto, cuando cae la noche, el despliegue de luces multicolores en los últimos pisos.

Ha trascendido en la prensa que el edificio contará con muchas comodidades: oficinas para la vicepresidencia y algunos ministerios, salas de reuniones y varios auditorios con capacidad de más de mil personas para conferencias y presentaciones.

Dispone de siete ascensores de última generación, de los cuales uno será de uso exclusivo del presidente. La planta 13 se destinará a las reuniones del gabinete.

Además, dos pisos están reservados para el uso exclusivo del jefe de Estado. En la planta 23 está el área de trabajo del mandatario con un despacho, más dos oficinas y tres salas de reuniones, llamadas Illimani, Lago Titicaca y Salar de Uyuni, en honor a tres destinos naturales del país.

En la planta 24 se halla una suite presidencial de 1,068 metros cuadrados, según planos revelados tiempo atrás por el diario Página Siete. Incluiría sauna, jacuzzi, sala de masajes, sala de lectura y un gimnasio.

Símbolos duraderos

El oficialismo ha bautizado al edificio como la 'Casa Grande del Pueblo' e insiste que será el lugar de los sectores de la población que encumbraron en 2006 a Morales al poder: indígenas, campesinos, trabajadores y ciudadanos pobres.

El gobierno buscó que el nuevo palacio fuera visiblemente el más alto de la ciudad, como símbolo de 12 años en el poder del líder indígena. De discurso izquierdista y antiestadounidense, el gobierno de Evo busca desmontar en el imaginario colectivo al país construido por la élite local, a la que acusa de expoliar la riqueza.

El simbolismo es evidente: "Dejaremos una infraestructura sólida, un legado para los hijos de nuestros hijos, una infraestructura solvente, de un país fuerte, sólido, frente a un estado colonial" anterior a Morales, señaló el influyente diputado oficialista Franklin Flores.

El acaudalado empresario y líder opositor Samuel Doria Medina ha criticado el “derroche” y ha propuesto convertir el nuevo Palacio en un hospital oncológico, que asegura es de urgente necesidad en Bolivia.

El flamante cardenal boliviano Toribio Ticona también se sumó al coro de críticas, al considerar que el “Palacio de Evo” es muy lujoso.

AFP