Evo Morales confía que se despenalizará el masticado de la coca

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo hoy que en 2012 su gobierno "ganará la batalla internacional" para despenalizar el masticado de la hoja de coca, con una estrategia diplomática que se inició con el abandono de su país de la Convención Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes.

"Estoy convencido de que el próximo año vamos a ganar esa batalla internacional para hacer reconocer el 'pijcheo' o 'acullico' (masticado de hojas de coca) como uso tradicional de los pueblos andinos de Latinoamérica", señaló el exlíder cocalero a la radio gubernamental Patria Nueva.

Morales, quien se encuentra en Cusco visitando Machu Picchu juntos a sus dos hijos, se refirió al tema tras destacar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) haya atendido a su solicitud de declarar el 2013 como Año Internacional de la Quinua, cereal del que su país es uno de los principales productores.

El gobernante aseguró que ese fue "un paso importante" con el que Bolivia está haciendo "historia", por lo que se mostró confiado en que la ONU reconocerá "igualmente" el masticado de la hoja de coca.

Aseguró que cuando la misión de expertos de la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) viajó a Bolivia, a mediados de diciembre, pudo demostrar "que la hoja de coca no hace daño a la salud humana" porque también se la emplea con fines medicinales.

El gobierno de Morales comunicó hace cinco meses, en Nueva York, la decisión de alejarse de la Convención antidroga de la ONU porque este instrumento, vigente desde 1961, penaliza el 'acullicu', 'pijcheo' o 'masticado' tradicional de la hoja de coca.

La decisión de Bolivia se hará efectiva a partir de 2012, sin embargo, la diplomacia del país ha pedido una "readmisión" en esta convención pero con una inédita "reserva" en contra de las prohibiciones del masticado, una estrategia que ya fue rechazada por la JIFE en julio de este año.

Los países signatarios de la Convención tendrán que pronunciarse en el curso de los próximos 12 meses sobre la "reserva" de Bolivia, un tiempo que será clave para el cabildeo internacional.