El Parlamento de Westminster debe decidir este miércoles si acepta una salida brutal del bloque, posibilidad que preocupa al país a dos semanas de la fecha prevista. (Foto: EFE)
El Parlamento de Westminster debe decidir este miércoles si acepta una salida brutal del bloque, posibilidad que preocupa al país a dos semanas de la fecha prevista. (Foto: EFE)

Redacción PERÚ21

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Londres. Tras rechazar por segunda vez el acuerdo de negociado entre el gobierno británico y la Unión Europea, el Parlamento de Westminster debe decidir este miércoles si acepta una salida brutal del bloque, posibilidad que preocupa al país a dos semanas de la fecha prevista.

Nadie puede decir a ciencia cierta qué ocurriría si se ve abocado el 29 de marzo a una retirada brutal, pero ante la incertidumbre las autoridades británicas advirtieron a la población, en varias notas técnicas, de algunas de las cosas para las que se pueden preparar si ocurre lo peor.

- Gastos de telefonía y bancarios -

En la telefonía móvil dejaría inmediatamente de aplicarse la itinerancia gratuita, por lo que los británicos en Madrid, París o Berlín tendrían que pagar cargos adicionales. Y los habitantes de Irlanda del Norte deberían vigilar que sus teléfonos no se conecten a operadores de la vecina República de Irlanda si se acercan a la frontera.

Algo similar ocurría con las tarjetas de crédito y débito, que sufrirían gastos adicionales, mientras que las gestiones bancarias serían "más lentas", según Londres.

- Transporte aéreo y ferroviario -

Los aviones británicos perderían la licencia para volar en Europa.

Para evitar el caos en los aeropuertos y no dejar al país aislado del continente, las autoridades europeas alcanzaron en febrero un acuerdo preliminar para permitir los vuelos entre y Europa.

Sin embargo, las aerolíneas británicas no podrían realizar enlaces entre dos ciudades europeas.

Del mismo modo, para suavizar las perturbaciones en los servicios del tren de alta velocidad Eurostar la Comisión Europea adoptó una propuesta que permite garantizar la continuidad del transporte de pasajeros y el flete comercial vía el túnel bajo el Canal de la Mancha.

Un informe confidencial del gobierno británico, publicado por el Financial Times, considera que si las autoridades francesas deciden llevar a cabo controles de pasaportes más rigurosos para los viajeros británicos se formarían largas colas que podrían afectar a hasta 15.000 pasajeros al día.

- Papeles y más papeles -

Los trámites administrativos pueden dispararse a un nivel de pesadilla. Las empresas británicas que hacen negocios con Europa tendrían que llenar montañas de declaraciones de aduanas.

Los turistas británicos que quieran alquilar un vehículo podrían necesitar un permiso de conducir internacional porque los suyos no serían válidos en el continente y hasta las mascotas necesitarían nuevos papeles para viajar tras perder sus pasaportes europeos.

- Medicamentos y esperma -

La situación podría ser más preocupante para las personas que dependen de un tratamiento médico: las autoridades pidieron a las empresas farmacéuticas que hagan reservas adicionales para seis semanas además de las de tres meses que ya tienen establecidos.

Esto debería permitir cubrir interrupciones de corto plazo por el bloqueo de las aduanas.

Igualmente, Reino Unido ya no podría acceder a los bancos de esperma europeos. Los establecimientos británicos deberán desarrollar nuevos acuerdos y podrían tener que recurrir a las importaciones de terceros países.

- Advertencias a los consumidores -

El gobierno británico advirtió también de que las compras en línea realizadas en euros podrían sufrir "incrementos de precios y tiempos de tratamiento más lentos".

Y actividades lúdicas como ver una película en el teléfono o la tableta mientras se viaja por el continente podrían ser mucho más complicadas: en teoría los británicos podrían perder el acceso a los servicios de streaming cuando estén fuera de Reino Unido porque el país ya no estaría en el "mercado único digital" europeo.

- Whisky y pedigrí -

Los británicos están orgullosos de su whisky escocés y de su queso de Stilton, pero el estatus de todos sus productos quedaría en el aire porque perderían sus "denominación de origen protegida" (DOP) en Europa.

Los 86 productos británicos con DOP representan una cuarta parte de todas sus exportaciones de comida y bebidas.

E incluso los criadores de caballos purasangres en Reino Unido tendrían dificultades para exportar sus animales al continente porque sus denominaciones de pedigrí ya no serían válidas.

Fuente: AFP