Nacido en Castelvetrano, en Sicilia, Messina debe cumplir varias condenas de cadena perpetua por los atentados de 1993 en Florencia, Roma y Milán, en los que fallecieron 10 personas. Además, es considerado el cerebro de las bombas que provocaron la muerte de los fiscales Paolo Borsellino y Giovani Falcone, la esposa de éste, Francesca Morvillo, y ocho agentes de la escolta.