Un bombero cerca del incendio forestal de Kincade, en Geyserville, California. (AFP)
Un bombero cerca del incendio forestal de Kincade, en Geyserville, California. (AFP)

Redacción PERÚ21

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Geyserville. Violentos incendios forestales se expandían el jueves por diferentes zonas del norte y el sur de California, donde las llamas quemaron miles de hectáreas, incluyendo en la zona vinícola del estado, y forzaron la evacuación preventiva de al menos 50 mil personas.

En Santa Clarita, a unos 65 kilómetros al norte de Los Ángeles, el incendio llamado Tick se activó a inicios de la tarde y rápidamente consumió unas 2.000 hectáreas, dijeron los bomberos.

Varias casas y edificios se quemaron y varias autopistas y carreteras fueron cerradas, mientras medio millar de bomberos ayudados por aviones cisterna y helicópteros combatían las llamas.

Unas 50.000 personas recibieron órdenes de evacuar sus hogares al norte de Los Ángeles.

El incendio Kincade golpeaba un área rural del condado vinícola de Sonoma desde el miércoles de noche, y creció rápidamente en unas pocas horas a 4.000 hectáreas, informó CalFire, la agencia de California responsable de la protección contra las llamas.

Otras 500 personas luchaban contra el fuego, que era alimentado por ráfagas de viento que superaban los 113 km/h.

Órdenes de evacuación obligatoria fueron emitidas para todo el pueblo de Geyserville y los viñedos cercanos después de que el incendio, que comenzó en una zona montañosa, se extendiera rápidamente, cruzando una carretera y dirigiéndose a las casas, indicó el departamento del alguacil.

“Si está en Geyserville, salga ahora”, aconsejó el sheriff, advirtiendo que el fuego representaba una extraordinaria amenaza a la vida y a la propiedad.

Los fuertes vientos del norte impulsaban el fuego hacia el sur mientras los bomberos trabajaron toda la noche para evacuar a los residentes y proteger las estructuras.

“Este incendio está avanzando rápidamente, por favor, preste atención a las órdenes de evacuación”, dijo el senador regional Mike McGuire en su cuenta de Twitter.

Hacia la noche, solo 5% del incendio estaba contenido y varias estructuras habían sido consumidas por el fuego, según los bomberos.

El Kincade -a 120 km de San Francisco-- estalló en medio de alertas oficiales de que gran parte del norte de California y algunas zonas del sur estaban bajo amenaza inminente de incendios hasta el viernes debido al clima seco y ventoso.

- “Mucho estrés y ansiedad” -

El jueves, unos 180.000 usuarios quedaron sin servicio eléctrico en el norte del estado y otros cortes preventivos similares afectaron a miles de clientes más al sur como medida preventiva.

Las compañías de electricidad advirtieron que se podrían ordenar cortes de electricidad adicionales para reducir el riesgo de incendios accidentales.

El pronóstico muestra que los fuertes vientos en el norte disminuirán el viernes, pero se pronostica que retomarán el domingo, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional.

Muchos residentes de Geyserville que huyeron dijeron que apenas tuvieron tiempo de recoger sus pertenencias ya que el fuego monstruoso se acercó rápidamente a la ciudad.

“Pensamos que estábamos a un par de millas del incendio”, dijo Dwight Monson, de 68 años, al Los Angeles Times. “Pero no contábamos con... los vientos”.

Indicó que para cuando su familia se subió a los autos y escapó valle abajo, las llamas ya estaban muy cerca de su finca.

En el sur de California, varios incendios forestales ardían el jueves en el área de Los Ángeles, y al menos un incendio se reportó cerca de Camp Pendleton, en el condado de San Diego.

Un incendio en el condado de San Bernardino, unos 100 km al este de Los Ángeles, provocó órdenes de evacuación a medida que se expandía a unas 30 hectáreas.

Estos incendios se reportan cuando California aún se recupera de los mortíferos incendios forestales de 2017 y 2018, que mataron a más de 100 personas.

La sequía, la vegetación seca y los fuertes vientos sirven de combustible para las llamas.

“Es un momento muy emotivo para muchos,” dijo el alguacil de Sonoma, Mark Essick, en una conferencia de prensa el jueves. “Sólo han pasado dos años desde que los incendios devastaron nuestra comunidad. Para muchos será un momento de mucho estrés y ansiedad”.

Fuente: AFP