Con motivo del 4 de julio, había convocadas varias manifestaciones antirracistas y para pedir la marcha de Trump y de su vicepresidente, Mike Pence, en varias ciudades de EE.UU., que acabaron con la quema de banderas en Washington DC, Los Ángeles, Chicago y Nueva York, según uno de los organizadores, el Partido Comunista Revolucionario.