Con cinco votos a favor y tres en contra, la Corte Suprema de Estados Unidos reafirmó el derecho a las mujeres a abortar en este país tras invalidar una ley en Texas que restringía el aborto, informó AFP.
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Con este histórico fallo, los magistrados le dieron la razón a las clínicas demandantes, quienes reclamaban que la ley de los servicios de aborto en realidad tenía la intención de complicar el acceso a este procedimiento, dificultando su aplicación:
"(La ley) obliga(ba) a las clínicas que practican abortos a disponer de un bloque quirúrgico digno de un hospital. La citada ley obligaba además a los médicos que realizan abortos a disponer de una autorización anticipada de admisión de sus pacientes en un hospital local".
La misma opinión tuvo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien dijo — a través de un comunicado — estar complacido con la decisión del tribunal:
"(…) Estas restricciones afectan la salud de las mujeres y establecen un obstáculo inconstitucional en el camino de la libertad reproductiva de la mujer".
Sin embargo, los defensores del texto legal lo justificaban argumentando que protegía la salud de las mujeres, alegando que las disposiciones tenían como función minimizar los riesgos sanitarios.
Lo cierto es que en dos años, dicha norma obligó al cierre de decenas de centros que practicaban abortos en Texas. Ahora el fallo alcanzará a otros estados que recurrieron a la misma figura legal para restringir el aborto.
NO CELEBRARONNo todos se sintieron ganadores. Mientras un grupo de activistas celebraba frente a la Corte Suprema, otro — menos nutrido — se vestía de negro para afirmar que esta era una derrota.
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Así lo dijo Kristan Hawkins, presidenta de Students for Life of America (SFLA):
"Hoy el Tribunal Supremo ha puesto la política por encima de la salud y la seguridad de las mujeres y le ha dicho a los estados que no tienen el derecho a legislar sobre la mitad de sus ciudadanos (las mujeres)".
El Comercio recoge este dato respecto a las posiciones a favor y en contra del aborto que hay en Estados Unidos:
"Apenas una estrecha mayoría (56%) de los estadounidenses considera que la interrupción voluntaria del embarazo debe ser permitida en la mayoría o en la totalidad de los casos (…). El 41% de los estadounidenses piensa que no debe permitirse en ningún caso, una cifra que es aún más alta entre los electores republicanos (68%) y los norteamericanos cristianos evangélicos blancos (69%)(…)".
Incluso la clase política estadounidense está dividida. Hillary Clinton, la candidata presidencial del Partido demócrata saludó la decisión: "Es una victoria para las mujeres de Texas y de toda América", precisó. Por su parte, Donald Trump ya ha declarado previamente que las mujeres "deberían recibir algún tipo de castigo" por abortar.
A semanas de las elecciones, Estados Unidos parece polarizarse aún más.