Pese a que se desplegó un considerable número de agentes, policías y miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos en los alrededores del Capitolio en Washington DC, esta mañana una humareda cerca a la institución alertó a todos, dos días antes de que Joe Biden asuma oficialmente como el nuevo presidente de ese país.
Por este incidente tan cercano al Capitolio, que alberga el Congreso de los Estados Unidos, se suspendió el ensayo para la transición del mandato presidencial y las personas del lugar han sido evacuadas.
Como se recuerda, el 6 de enero el Capitolio fue atacado por decenas de seguidores de Donald Trump –azuzados por él– y la toma originó la muerte de cinco personas.
Desde esa “insurrección” –como la calificó Biden– contra el Congreso, templo de la democracia estadounidense, la capital federal se ha transformado en una ciudad atrincherada.
Más de 20.000 efectivos de las Guardias nacionales -reservistas del ejército-, patrullan las calles fuertemente armados. Se colocaron cercas con mallas de alambre y bloques de concreto para proteger edificios y monumentos como la Casa Blanca y el Capitolio, o para cerrar ejes viales enteros.
Para los veteranos de la guerra de Irak, el centro de la ciudad parece la zona verde de Bagdad.
CERRADO POR SEGURIDAD
El “National Mall”, una enorme explanada que va desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio, estará cerrado al público. Aquí es donde cientos de miles de estadounidenses se congregan tradicionalmente para saludar a su nuevo presidente.
En cambio, un “campo de banderas” de casi 200.000 pancartas representará a los ciudadanos que no pudieron realizar el viaje.
La policía estadounidense ha advertido en repetidas ocasiones que las amenazas de nuevos ataques armados por parte de grupos de extrema derecha son reales. Por ello estará atenta a posibles disturbios durante este día histórico.