Un peculiar incidente ocurrió con la mascota recién adoptada por el presidente francés Emmanuel Macron. Nemo, su perro labrador cruzado, irrumpió de pronto en el despacho presidencial del Palacio de Eliseo, la sede de la Presidencia de la República de Francia.
Mientras Macron presidía una reunión ministerial con Brune Poirson (ministra de Ecología), Julien Denormandie (secretario de Estado de Cohesión Territorial) y Benjamin Griveaux (ministro de Economía y Finanzas), Nemo pasó por el lugar y orinó en la chimenea del siglo XVIII.
El singular y entretenido momento fue registrado por las cámaras de la televisión francesa.
"¿Ocurre a menudo?", preguntó el secretario de Estado de Cohesión Territorial al presidente. "No. Ustedes han provocado en él un comportamiento bastante inusual", replicó entre risas.