A pocos días del cambio de mando presidencial en Cuba con el retiro de Raúl Castro como presidente de Cuba, Estados Unidos mantiene a pocos funcionarios en su embajada de La Habana.
La lista actual solo tiene un total de 10 diplomáticos, incluyendo al Encargado de Negocios, Philip S. Goldberg, jefe de la misión en ausencia de un embajador.
El pasado 2 de marzo, el Departamento de Estado anunció que la embajada de La Habana tendría un nivel mínimo de funcionarios “necesario para llevar a cabo las principales funciones diplomáticas y consulares”.
La medida se dio luego que dos docenas de funcionarios diplomáticos de esa embajada presentaron misteriosos síntomas desde pérdida de la audición, zumbido en los oídos, conmociones cerebrales leves, dolores de cabeza, trastornos de la memoria y del sueño.
Estados Unidos no ha culpado directamente a Cuba de lo ocurrido, pero consideró esto como un "ataque contra la salud" de sus diplomáticos.
Entre otras iniciativas, el gobierno de Donald Trump expulsó a 17 diplomáticos cubanos de Washington y lanzó una alerta de viaje para los estadounidenses visitantes en la isla.
En tanto, el nuevo plan de personal permanente mantiene los niveles de personal al mínimo e impide a los familiares de los diplomáticos acompañarlos en su misión a La Habana.
Antes de este problema de salud, la embajada de La Habana tenía un gran personal consular. Incluso, es mucho más pequeña que cuando la misión diplomática de Estados Unidos funcionaba como una Sección de Intereses, antes de que EE.UU. restableciera relaciones diplomáticas con Cuba, en julio del 2015.
Los oficiales que siguen en la embajada tiene cargos tales como gerente, funcionario de recursos humanos, de servicios generales, empleados de sistemas de información, empleado de seguridad y salud laboral, y empleado de seguridad regional.