Elecciones en Colombia: cuatro claves del proceso

Unos 39 millones de colombianos están habilitados hoy para ir a las urnas y elegir al sucesor del presidente Iván Duque en el periodo 2022-2026. La norma electoral señala que quien obtenga la mitad más uno de las votaciones será el ganador, aunque todas las encuestas consideran que ninguno de los seis candidatos logrará superar ese umbral, por lo que el país tendrá que recurrir a una segunda vuelta, la cual está programada para el 19 de junio. He ahí la principal incertidumbre. A continuación, cuatro puntos claves de las elecciones más polémicas del país sudamericano en las últimas décadas.

LOS PRESIDENCIABLES

Tras el retiro de dos aspirantes presidenciales (Luis Pérez Gutiérrez e Íngrid Betancourt) de la carrera presidencial en las últimas semanas, son seis los candidatos que buscan su ingreso al Palacio de Nariño (como se le conoce a la sede del Ejecutivo). Gustavo Petro (62), el candidato de la izquierda, lidera todos los sondeos con cerca del 40% de la intención de voto. Federico ‘Fico’ Gutiérrez (47), de la derecha, le sigue con 24%. Peleando este puesto también aparece Rodolfo Hernández, quien logra un 20%. Más atrás, relegado al cuarto lugar, se encuentra Sergio Fajardo, con 5% de intención de voto. Milton Rodríguez y Enrique Gómez aparecen con 1% cada uno cerrando la lista.

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En el abanico de compañeros de fórmula para la vicepresidencia figuran en esta ocasión tres mujeres y tres hombres, de los cuales la mayoría, cuatro, son afrodescendientes.

Con el senador Gustavo Petro casi ya en segunda vuelta, la incertidumbre se encuentra por saber si el aumento de Hernández en las últimas semanas (pasó de 12% a 20% en las últimas semanas, según algunas encuestadoras) es suficiente para desbancar a Gutiérrez del segundo lugar. Algunos medios han mencionado que habría entre ambos un empate técnico. Con la prohibición de la publicación de encuestas y la celebración de mítines en la semana previa a la votación, ambos candidatos han peleado los votos a oscuras.

POLARIZACIÓN

Con los candidatos de izquierda y derecha a la cabeza, Colombia vive una polarización sin precedentes. Los colombianos están divididos entre el temor de que un primer triunfo de la izquierda sepulte la inversión y los logros del país, y la preocupación de que una victoria de la centroderecha mantenga la actual situación caracterizada por un alto nivel de inequidad social que estalló en 2021 con protestas antigubernamentales, algunas violentas.

Senador y exalcalde de Bogotá, así como exguerrillero del M-19, Gustavo Petro disputa por tercera vez la presidencia de Colombia. Desde que se inició el proceso ha estado al frente de las encuestas de intención de voto y su presencia en segunda vuelta está casi asegurada. El actual senador ha señalado que busca ir contra lo que califica como la “élite rapaz”, a la que acusa de saquear por años los recursos del Estado. El aspirante advirtió que, de convertirse en el primer presidente de izquierda en Colombia, hará cambios en el Estado, como reformar la Procuraduría y la Fiscalía y conformar una comisión que investigue casos de corrupción.

En el otro frente está ‘Fico’ Gutiérrez, de la coalición Equipo por Colombia, que ha concentrado su campaña bajo un discurso de unidad y de resistencia a la izquierda. El político de centroderecha fue alcalde de Medellín entre 2016 y 2019 y, aunque aquella vez no tuvo el apoyo de un partido tradicional, la realidad ahora es otra. Los conservadores y liberales, entre otras organizaciones políticas tradicionales, le han mostrado su respaldo.

Como opción a romper esta polarización, aparece el empresario independiente Rodolfo Hernández, quien se considera el outsider de este proceso y al que muchos comparan con Donald Trump. Su discurso es ampliamente populista.

VIOLENCIA

Colombia, principal exportador de cocaína del mundo, vive un intenso conflicto que en más de medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, narcos y agentes del Estado dejando más de nueve millones de víctimas, la mayoría desplazados. Y estas elecciones presidenciales han evidenciado el rebrote de la violencia. Según datos de la Defensoría del Pueblo, unos 209 municipios, de 1,100, se encuentran actualmente en riesgo extremo debido a amenazas de acciones violentas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo. En medio de esta incertidumbre, el pasado 16 de mayo, la dirección nacional del ELN decretó un alto al fuego a partir del 25 de mayo hasta el 3 de junio para que los ciudadanos acudan a votar con “tranquilidad”.

Asimismo, tanto Petro como Gutiérrez han denunciado amenazas que ponen en riesgo sus vidas. En su mitin del pasado sábado, el candidato izquierdista apareció vistiendo un chaleco antibalas y en medio de escudos antibalas, tal como lo ha venido haciendo en toda su campaña.

Dentro de sus propuestas, tanto Petro como Gutiérrez han señalado que, de ser elegidos, reiniciarían las negociaciones de paz con el ELN. Frente al Clan del Golfo también han coincidido, al señalar que no se puede tener ningún tipo de conversación con esta banda criminal. Vale precisar que esta organización se encuentra en medio de un paro armado, la cual anunció a principios de mes en represalia por la extradición a EE.UU. de su máximo jefe, Dairo Antonio Usuga, alias ‘Otoniel’.

DENUNCIA DE SUSPENSIÓN

Gustavo Petro ha advertido de un supuesto plan para dar un “golpe de Estado a las elecciones” al suspenderlas y convocó a los otros candidatos Fajardo y Hernández a una reunión de emergencia, la cual no fue secundada. Por su parte, el gobierno de Iván Duque negó cualquier irregularidad en el calendario electoral y aseguró que hoy se garantizará la democracia.

La desconfianza en el sistema electoral también ha formado parte del proceso ya que existe una cierta desconfianza a la Registraduría, el órgano que se encarga de organizar las elecciones. La controversia nació en los anteriores comicios legislativos, donde la coalición Pacto Histórico, liderada por Petro, denunció que no le habían contado cerca de medio millón de votos.

Más allá de la desconfianza existente, se ha asegurado que misiones internacionales ya vienen revisando el proceso electoral, aunque ya se ha avisado que el proceso no contará con un auditoría externa internacional, tal como pedían los candidatos.