El candidato presidencial colombiano por la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro (L) y su compañera de fórmula Francia Márquez (R), celebran en la sede del partido, en Bogotá, el 29 de mayo de 2022. (Foto por YURI CORTEZ / AFP)
El candidato presidencial colombiano por la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro (L) y su compañera de fórmula Francia Márquez (R), celebran en la sede del partido, en Bogotá, el 29 de mayo de 2022. (Foto por YURI CORTEZ / AFP)

La victoria histórica pero agridulce de la izquierda y la entrada en juego de un millonario excéntrico despejaron el camino hacia el balotaje presidencial en Colombia. Será un insospechado duelo por el voto antisistema en detrimento de las fuerzas tradicionales.

El exguerrillero y senador de izquierda Gustavo Petro ganó el domingo la primera vuelta con 8,5 millones de votos, equivalentes al 40,3% de los sufragios, y el 19 de junio se medirá en segundo turno con el ingeniero Rodolfo Hernández (28,5%), exalcalde de Bucaramanga y un magnate indescifrable ideológicamente que desplazó a la derecha en la pelea por el poder.

Con discursos diametralmente opuestos, los candidatos derrotaron a las élites conservadoras y liberales que gobernaron por dos siglos el país y buscarán capitalizar el inconformismo de los colombianos con la clase dominante.

Empobrecido (39%) por la pandemia que desató masivas protestas, el repunte de la violencia y la corrupción, el país de 50 millones de habitantes votó con motivaciones renovadas tras cuatro años del impopular gobierno del derechista Iván Duque.

La derecha mira al abismo

Más de 21 millones de votantes participaron en una jornada que resultó ser una bofetada para la derecha y los partidos tradicionales, relegados por primera vez en la primera vuelta presidencial.

La élite históricamente en el poder está “perdiendo terreno” y hay “un país que está cambiando”, analizó Eugénie Richard, docente de la Universidad Externado.

Petro (62 años) y Hernández (77) llegaron a la segunda vuelta arropados en los anhelos de cambio y renegando de la corrupción.

Para el analista Alejo Vargas, las candidaturas contra la clase dominante triunfaron en sectores sociales a los que “no les gusta los partidos” políticos.

Los conservadores y liberales “aliados al gobierno de Duque”, que llegó a la presidencia en 2018 apadrinado por el expresidente derechista Álvaro Uribe (2002-2010), “han sido derrotados”, festejó Petro. Enredado en líos con la justicia, Uribe dejó de ser la gran figura política de Colombia después de dos décadas de protagonismo.

Con una cocina como telón de fondo y a través de las redes sociales donde es muy activo, Hernández celebró que “perdieron las gavillas que creían que serían gobierno eternamente”.

Celebración a medias

Ahora, la campaña del exguerrillero volverá al tablero para conseguir alrededor de dos millones de votos adicionales.

“Hay que construir una campaña dirigida a los jóvenes urbanos que salieron a protestar en años pasados, así como lo hizo (Gabriel) Boric en Chile”, apunta Alexander Gamba, profesor de la facultad de sociología de la Universidad Santo Tomás, quien destaca la “baja participación” de los menores de 25 en los comicios del domingo.

Para Gamba, en lo que resta de campaña Petro va tener que modificar su discurso para lograr una convocatoria más amplia:

Tiene que dejar de plantear que es el candidato antiélites y mostrarse como el que puede defender la democracia, porque muchas de las posturas de Rodolfo son abiertamente antidemocráticas”, agrega el sociólogo.

El outsider de esta contienda ha levantado críticas por sus posiciones machistas frente a la participación política de las mujeres o su discurso antimigrante con respecto a los venezolanos.

“Que apoye desde la casa, la mujer metida en el gobierno a la gente no le gusta”, afirmó en recientes días al referirse al papel de las primeras damas.

Rival difícil

Siempre en la orilla opuesta de Uribe y Duque, Petro enfocó su campaña en señalar el “continuismo” encarnado en Gutiérrez, a quien las encuestas daban como segundo favorito.

Pero ahora, ante Hernández, tendrá “el desafío de reinventar toda su narrativa, que estaba dirigida implícitamente hacia Federico Gutiérrez, diciendo ‘es el candidato del uribismo, yo soy el candidato del cambio’”, agrega Richard.

“Toda esta narrativa se ve debilitada” porque Hernández “tampoco es un hombre tradicional de la política”, sostiene.

Una fuente de la campaña de Petro admitió antes de la primera vuelta que el exalcalde de Bucaramanga sería “el rival más incómodo” en sus planes.

Según las encuestas de la firma Invamer, Hernández ha venido ganando adeptos para el balotaje ante Petro, al punto de estar prácticamente igualados con 47% de los votos para el ingeniero civil y un 50% para el congresista, que hasta hace una semana parecía sólido en su camino a la presidencia.

Vargas prevé un “escenario parecido al de hace cuatro años”, cuando Duque reunió el rechazo y el miedo a Petro y ganó en la segunda vuelta.

“Sumada la votación de Rodolfo [Hernández] y la de Federico [Gutiérrez] ya tienen 11 millones”, por encima de los 8,5 millones que consiguió Petro el domingo, anticipa.