En lo que ha sido considerado un desafío a la cúpula militar egipcia, el presidente de este país, Mohamed Mursi, anuló por decreto la resolución que disolvía la Cámara Baja del parlamento, ordenada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) el mes pasado.
Mursi, quien comenzó a ejercer su mandato el pasado 30 de junio, restableció también las sesiones de la asamblea y sus prerrogativas, en una movida que le devuelve el poder a los islamistas y perjudica a los militares, que se arrogaron las funciones de la Cámara tras su disolución.
Además, el presidente egipcio estableció la celebración de elecciones en los sesenta días posteriores a la aprobación de la nueva Constitución por parte del Parlamento.
La Junta Militar, en control de Egipto tras la caída de Hosni Mubarak hasta el ascenso de Mursi, anuló los últimos comicios legislativos por supuestas irregularidades, basándose en un fallo del Tribunal Supremo Constitucional que consideró que los partidos no respetaron la ley electoral, la cual impedía presentar a representantes de fuerzas políticas en el tercio de candidaturas reservadas para independientes.
Tras el decreto de Mursi, El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) se reunió de urgencia para para evaluar el restablecimiento de la cámara del Congreso egipcio.