Conrado Juárez (52), primo de la víctima, confesó que la violó y la asfixió. (Reuters)
Conrado Juárez (52), primo de la víctima, confesó que la violó y la asfixió. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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Después de una investigación de más de dos décadas, la policía de anunció que arrestó al presunto asesino de una niña de cuatro años conocida públicamente como 'Baby Hope', cuyo cadáver fue hallado dentro de un 'cooler' portátil junto a una autopista de Manhattan en 1991.

Durante un interrogatorio el sábado por la madrugada a un primo de la niña, identificado como Conrado Juárez (52), este confesó que violó y asfixió a la menor, según dijo el comisionado de policía Raymond Kelly.

Según narró Kelly, Juárez confesó que, el día del asesinato, llegó al apartamento donde vivía la niña con unos familiares en Astoria (Queens), donde la violó y luego la estranguló.

Después, él y su hermana Balbina (ya fallecida), metieron el cuerpo en una nevera portátil, la llevaron en un taxi y luego la abandonaron junto a una autopista del Alto Manhattan.

La identidad de una niña y las circunstancias de su muerte habían quedado en el misterio durante dos décadas. Pero esta semana la policía dijo que una nueva pieza de información y una prueba de ADN habían permitido identificar a la madre de la niña, en un drástico revés de uno de casos más famosos de la ciudad que no había sido resuelto.

La Policía también reveló que el nombre de la pequeña asesinada era Angélica Castillo.

EL CASOEl cadáver desnudo y desnutrido de Angélica fue hallado el 23 de julio de 1991 en una ladera de la autopista Henry Hudson Parkway. Los detectives pensaron que había sido asfixiada pero tenían pocos indicios de lo sucedido.

El caso se convirtió en una obsesión para algunos investigadores. El cadáver sin identificar de la pequeña fue bautizado como 'Baby Hope' ("Bebé Esperanza") por la Policía y los medios de comunicación. El cuerpo estuvo durante dos años en el depósito de cadáveres hasta que los detectives que trabajaban en el caso pagaron su entierro en un cementerio de El Bronx, donde tiene una lápida sin nombre.

Sus restos fueron exhumados para realizar una prueba de ADN en el 2007 y nuevamente en el 2011.

En julio, los detectives trataron de realizar una ronda de publicidad al cumplirse los 22 años del aniversario de su hallazgo. Realizaron una campaña en el vecindario donde se halló su cadáver y anunciaron que darían una recompensa de US$12,000 por información que condujera a un arresto.

LA MADRELa Policía, que seguía trabajando en el caso, encontró este año a una mujer que aseguraba haber oído una conversación en una lavandería de otra mujer, quien habría dicho que sus hijas habían desaparecido en aquella época.

Tras una prueba de ADN, se determinó que esa mujer, de origen mexicano, era la madre de la víctima. Ella, cuya identidad se mantiene sin revelar, explicó que no denunció la desaparición porque temía las amenazas de su marido, que había huido con la niña y su hermana mayor en 1991.

El exdetective Jerry Giorgio, quien trabajó en el caso desde 1991 hasta su retiro a mediados de este año, dijo que siempre tuvo confianza de que el acaso se iba a resolver.

"Ustedes conocen esa expresión: ¿Estar en el quinto cielo?, dijo Giorgio el sábado. "Bueno estoy en el quinto cielo".