No obstante, los demócratas condicionaron su apoyo a las cuentas a que Donald Trump y los republicanos accedieran a regularizar a los cerca de 800,000 jóvenes indocumentados conocidos como "dreamers" ("soñadores"). El estatus legal con el que el Barack Obama dotó a estos jóvenes expira el próximo 5 de marzo, fecha a partir de la cual podrían ser deportados.