Brad Sigmon, un hombre de 67 años condenado a muerte por un doble asesinato en 2001, ha optado por ser ejecutado mediante fusilamiento en Carolina del Sur, una práctica que no se realiza en Estados Unidos desde 2010. Su ejecución está programada para el 7 de marzo en Columbia, la capital del estado.
Sigmon fue sentenciado por el brutal asesinato de David y Gladys Larke, padres de su expareja, a quienes golpeó con un bate de béisbol hasta la muerte.
Ante la falta de acceso a inyecciones letales en el estado, el condenado debía elegir entre la silla eléctrica y el pelotón de fusilamiento, opción que su abogado, Gerald ‘Bo’ King, calificó como una decisión «terriblemente cruel».
«Si no elegía la inyección letal o el fusilamiento, moriría en la vieja silla eléctrica de Carolina del Sur, que podría quemarlo y cocinarlo vivo», expresó King en un comunicado. También argumentó que la inyección letal conlleva el riesgo de una agonía prolongada, como ocurrió en recientes ejecuciones en el estado.
Si la ejecución de Sigmon se concreta, será la primera en Carolina del Sur por fusilamiento y la primera en todo EE.UU. desde 2010, cuando se llevó a cabo una en Utah.
El Departamento de Correccionales de Carolina del Sur (SCDC) informó que la cámara de ejecución ha sido renovada con un vidrio a prueba de balas que separa a los testigos de la sala donde se llevará a cabo el procedimiento.
Según el protocolo del SCDC, Sigmon será atado a una silla de metal, con una capucha cubriendo su cabeza y un blanco colocado sobre su corazón. Tres tiradores, apostados a cinco metros de distancia, dispararán simultáneamente desde una abertura en la pared.
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