Ashwaq Haji fue secuestrada por el Estado Islámico. (AFP)
Ashwaq Haji fue secuestrada por el Estado Islámico. (AFP)

Redacción PERÚ21

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La joven yazidí, Ashwaq Haji, vivió una pesadilla a sus 14 años.  Los militantes de irrumpieron en el norte de Irak, incluido el corazón del pueblo yazidí y tomaron a miles de mujeres como esclavas sexuales y ella se encontraba en ese lugar el 3 de agosto de 2014.

Según difunde BBC Mundo, la adolescente fue vendida por US$100 a un hombre llamado Abu Humam. Durante su cautiverio, fue violada y golpeada.

Ashwaq Haji esperaba día a día el momento de poder fugarse. Luego de 10 meses logró escapar y se fue a Alemania con su madre y un hermano.

Pero no todo quedó ahí. Cuando empezaba a tener una vida aparentemente tranquila, en febrero de este año, la joven escuchó a alguien gritar su nombre cuando se encontraba frente a un supermercado en ese país.

Se trataba de Abu Humam, quien  le dijo que sabía dónde vivía, pero ella horrorizada le respondió no conocerla y se retiró de inmediato de ese lugar.

"Nunca en mi vida creí que vería algo como esto en Alemania. Dejé a mi familia y mi país. Me fui a Alemania para olvidar los golpes y el dolor. Lo último que esperaba era encontrarme con mi captor del Estado Islámico y que él supiera todo sobre mí", contó Ashwaq a la BBC.

Ashwaq denunció el incidente a la policía cinco días después de la fecha en que según ella había ocurrido. Ella tuvo que recordar todo los malos momentos que pasó y reabrió nuevamente esa herida. Los oficiales hicieron un identikit electrónico de Abu Humam y le dijeron a la víctima yazidí que los contactara de inmediato si volvía a verlo.

Después de avisar a la policía alemana y por miedo de volver a cruzarse con el yihadista, la joven, que ya tiene 19 años, terminó regresando a Irak.

La joven contó su drama a la BBC. (AFP)
La joven contó su drama a la BBC. (AFP)

"Si no lo hubiera visto, me hubiera quedado en Alemania. Quería completar mis estudios y obtener un título que me diera una vida decente", indicó.

La policía de Baden-Württemberg se hizo cargo de las investigaciones hasta que el caso fue entregado a los fiscales federales, pero las autoridades declararon que no fueron capaces de identificar al hombre.

De vuelta en el Kurdistán, en un campamento yazidí, Ashwaq todavía quiere continuar su educación y ya no quiere volver más a Alemania por su última experiencia con su captor.

"Así se destruyera el mundo, no volvería a ir a Alemania", precisó.

Al igual que muchos yazidíes, su familia está postulando para vivir en Australia, como parte de un programa especial para mujeres secuestradas por Estado Islámico.