La administración de Donald Trump al frente de Estados Unidos todavía no comienza, pero ya va marcado su ruta. En los últimos días, el flamante presidente del gigante de Norteamérica anunció que desde el 20 de enero, cuando asuma formalmente el mando de la Casa Blanca, impondrá nuevos aranceles a productos originarios de México, Canadá y China.
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El gravamen será del 25% a las importaciones que lleguen desde los dos primeros y un 10% adicional de arancel a los que provengan del país asiático. Trump sostuvo que la medida es parte de un plan para combatir la migración indocumentada y el tráfico de drogas.
El economista mexicano Gerardo Esquivel dijo en BBC Mundo que esta acción del mandatario electo “es un llamado a iniciar una negociación con ventaja”. Sin embargo, consideró que “en el fondo debemos entender que es muy difícil que ocurra porque tendría efectos muy negativos para todas las economías involucradas”.
En cifras, las tres naciones representan más del 43% del comercio exterior estadounidense: México 15.4% de las importaciones, China 13.9% y Canadá 13.6%.
En la misma línea, el economista del Instituto Peruano de Economía (IPE) Alonso Macedo declaró a Perú21 que “estas medidas de aranceles, que afectan al comercio internacional, deben concebirse también como una herramienta de negociación. Trump tiene bastante énfasis en renegociar contratos con sus principales socios comerciales. Impone esta medida para renegociar temas de migración, de comercio”.
Mientras la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo que para resolver problemas se requiere cooperación y no “intimidaciones”, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, manifestó que está abierto a negociar, China advirtió que “nadie ganará en una guerra comercial o arancelaria”.
Justamente sobre esto último, Pekín podría responder a la amenaza de Trump iniciando una guerra de divisas, dejando que la moneda china pierda valor frente al dólar para hacer que sus exportaciones sean menos costosas para los compradores extranjeros, lo que reduciría el daño a la competitividad de China por los nuevos aranceles del presidente norteamericano. Eso ocurrió en 2018 y 2019 cuando Trump, durante su primer mandato, impuso esta medida.
En este entramado, ¿en qué posición se encuentra el Perú? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias en la exportación de los productos peruanos y qué impacto económico traerían?
CUIDADO CON EL COBRE
Macedo dijo a Perú21 que “es difícil pensar que EE.UU. nos vaya a imponer directamente aranceles a nosotros porque su énfasis es más en productos de manufactura”.
Sin embargo, recordó que China es nuestro principal socio comercial y que, si se imponen aranceles elevados a su manufactura, puede afectar la demanda, por ejemplo, de cobre que exporta el Perú al país de Xi Jinping y, por ende, “será complicado que podamos tener tasas de crecimiento altas”.
“Si China demanda menos cobre, menos metales, nos va a afectar directamente. Y la Unión Europea, que es otro de nuestros grandes socios comerciales, también podría verse afectada con una nueva ronda de negociación y nuevos aranceles por parte de Estados Unidos”, continuó el economista.
¿Hay posibilidad de revertir medidas de este tipo? Macedo considera que no, ya que, por su tamaño y trascendencia, Estados Unidos “puede tomar decisiones casi unilateralmente”. En ese sentido, dijo que elevar los aranceles “es parte de una tendencia creciente”.
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