El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó que el tiroteo registrado el domingo pasado en una iglesia baptista en Sutherland Springs, en el estado de Texas, no se debió a “un asunto de armas”, sino a un problema de salud mental. Sus declaraciones se dieron en medio de un pedido de políticos de oposición para que el mandatario impulse restricciones al acceso de armas de fuego en el país.
“Tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, pero no es una situación imputable a las armas”, expresó Trump, durante una rueda de prensa en Japón, cuando se le preguntó si respaldaría políticas restrictivas tras el tiroteo.
El mandatario agregó que “por fortuna, alguien más tenía una pistola que estaba disparando en la dirección opuesta”, al referirse a dos ciudadanos que se encontraban cerca de la iglesia y que persiguieron a Devin Kelley, autor de la masacre, cuando se daba a la fuga.
Descartan terrorismo
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman Martin, señaló en rueda de prensa que la matanza perpetrada por Kelley no tuvo motivos terroristas, raciales o religiosos, sino que fue “por problemas domésticos en su familia”.
Martin detalló que, antes de que el agresor inicie el tiroteo, envió “mensajes amenazadores” a su suegra, quien acudía a la iglesia de Sutherland Springs. Por otro lado, se informó que la causa del deceso de Kelley habría sido el suicidio, según el sheriff Joe Tackitt.
El tiroteo es considerado la peor masacre en Texas y ocurre a un mes de una matanza en Las Vegas, que dejó 58 muertos y más de 500 heridos.
Tenga en cuenta
- Devin Patrick Kelley prestó servicios en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en una base de Nuevo México, entre 2010 y 2012.
- El agresor, quien tenía 26 años al momento del ataque, fue dado de baja en 2012 tras ser juzgado por una Corte Marcial por agredir a su esposa e hijo.