La danza de la 'Diablada' abrió este sábado el festival folclórico de Oruro, la mayor fiesta de Bolivia y patrimonio de la Unesco, en el inicio de carnaval y en medio de una huelga de choferes que afectó el flujo turístico.
La festividad, patrimonio oral e intangible desde 2001, dio paso a la famosa danza que recrea la lucha entre el bien y el mal, entre los demonios y el Arcángel Miguel, en honor a la Virgen del Socavón, patrona de Oruro, en una celebración católica-pagana.
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Cerca de 35,000 danzarines y 10,000 músicos, agrupados en 52 conjuntos, participan en el carnaval de Oruro, por unas 18 horas en un trayecto de cerca de 3 kilómetros. El ritual de danza y devoción se repite el domingo.
Tras la 'Diablada', miles de personas observaron otras tradicionales danzas como la 'morenada' o "caporales', parodias del esclavismo español, de los "incas" que ensalzan la gloria del imperio quechua o de 'kullawadas' que escenifican la crianza de auquénidos.
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Los devotos religiosos partieron casi en la madrugada del templo donde se halla la imagen del Virgen del Socavón para prometerle fidelidad, para dedicarle sus danzas y para pedirle un año de salud y prosperidad.
Empero, un irresuelto corte de rutas de choferes privados que comenzó el domingo pasado en cuatro de los nueve departamentos del país, ahuyentó a los turistas.
La huelga de los choferes con cortes de ruta se mantenía en dos departamentos del país, Chuquisaca (sureste) y Cochabamba (centro), mientras el gobierno realizaba todos sus esfuerzos para que se suspenda totalmente la medida.