Ayer, los líderes que integran la coalición que gobierna Grecia llegaron a una acuerdo sobre los recortes presupuestarios para acceder a un rescate financiero de 130 mil millones de euros. De no recibir esa ayuda, no podrá afrontar su próximo vencimiento de deuda por alrededor de 14 millones de euros, lo que afectaría a la Eurozona.
Los ajustes presupuestarios incluyen la reducción del gasto públio en 1.5% del PBI, el recorte de 150 mil empleados públicos hasta el 2015 y una reforma laboral que rebaja el salario mínimo entre un 20% y 25%. Pese a la dureza de la medida, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, con el apoyo de Alemania, exigieron más recortes por 325 millones de euros.
El anuncio causó reacciones negativas. El diario conservador Democrazy publicó en su portada a la canciller germana, Angela Merkel, portando una esvástica nazi en el hombro.
La referencia, al parecer, no es nueva, ya que en la huelga general de esta semana, en el centro de Atenas, varios manifestantes quemaron no solo la bandera Alemana, sino también la del nazismo.
Diversos sectores de Grecia consideran que lo ajustes pueden agravar la situación. Por su parte, las dos principales centrales sindicales, ADEDY (empleados públicos) y GSEE (privados), convocaron a otro paro general el viernes y sábado.