Redacción PERÚ21

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Miles de personas se congregaron en pueblos de para ver cómo los devotos eran clavados a cruces en el Viernes Santo, a fin de recordar el sufrimento de Jesucristo.

Nueve hombres con coronas de espinas en la cabeza fueron crucificados durante algunos minutos por aldeanos disfrazados como centuriones romanos en la provincia norteña de Pampanga.

Muchos de los penitentes se someten a este ritual para pedir perdón por sus pecados, orar por sus enfermos o para agradecer algún milagro. Antes de la crucifición, deben caminar varios kilómetros por las calles de los pueblos golpeándose la espalda descubierta con varas de bambú afiladas.

"No juzgamos o condenamos el acto, pero lo desalentamos", dijo el arzobispo José Palma, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de las Filipinas. Asimismo, pidió al pueblo sumergirse en la pasión y muerte de Cristo por medio de sacrificios internos, incluso la confesión y la caridad.

Se prohibió la participación de extranjeros desde que un cómico australiano fue clavado a una cruz hace algunos años. Las autoridades creen que un japonés también buscó ser crucificado como parte de una película pornográfica en 1996.