Redacción PERÚ21

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La organización publicó un demoledor informe en el que se detalla por primera vez los abusos y violencia sexual que sufren a diario las mujeres norcoreanas por parte de la Policía y los servicios estatales y su total indefensión ante semejante panorama.

La ONG basa su investigación en diversas entrevistas y describe situaciones de violaciones y otros abusos perpetrados por el personal de seguridad, como guardias fronterizos, pero también por civiles en puestos de autoridad.

La ONU también acusa a este hermético país, profundamente jerarquizado y patriarcal, de abusos generalizados en materia de derechos humanos.

Entre las personas que desertaron de , muchas son mujeres, porque tienen más libertad de movimiento al no ocupar puestos de funcionariado, que suelen estar en manos de hombres.

Los norcoreanos que huyen a China pero son detenidos en su intento sufren represalias muy duras, entre ellas, la tortura. Para las mujeres se suman los abusos sexuales, según esta ONG con sede en Estados Unidos.

"Cada noche, las mujeres estaban obligadas a ir con un guardia y eran violadas", relata una víctima, de unos treinta años, que fue encarcelada en un centro de detención en la frontera.

"Cada noche, un guardia de la prisión abría la celda. Yo permanecía tranquila, y hacía como si no lo hubiera visto, esperando que no sería yo la que estaría obligada a seguirle", explica.

Un secreto a voces

Los contrabandistas, entre los que también hay muchas mujeres, que transportan mercancías en la frontera con China para venderlas en los mercados privados, tienen que pagar, con sobornos o favores sexuales, a toda una serie de intermediarios, según Human Rights Watch.

Entre los que cometen estos abusos figuran gerentes de empresas públicas, guardias de seguridad en los mercados o en los puestos de control, pero también "policías, magistrados, soldados o revisores de trenes".

Una mujer que vendía ropa explica que fue tratada como un juguete sexual "a merced de los hombres". "Cuando querían, los guardias de los mercados o los policías me pedían seguirles a una habitación vacía, fuera del mercado, o a otro lugar que elegían", y allí abusaban de ella.

"Es tan frecuente que nadie cree que sea grave. No se dan cuenta de que sufrimos", se lamenta. "Pero somos humanas". "Entonces, sin gritar, lloramos en la noche sin saber el porqué".

Las personas entrevistadas por la ONG explican que muchas víctimas fueron expulsadas de la universidad, o golpeadas y abandonadas por sus maridos por traer la deshonra al establecimiento o a la familia.

"La violencia sexual en Corea del Norte es un secreto a voces, ampliamente tolerado y no tratado", declara Kenneth Roth, director general de Human Rights Watch.

"Las norcoreanas dirían probablemente 'Me Too' si ellas pensaran obtener justicia pero la dictadura de Kim Jong Un las reduce al silencio", asevera.

Según los datos suministrados por Pyongyang a la ONU, solo cinco personas fueron condenadas por violación en 2015.

La directora del Nuevo Sindicato de Mujeres de Corea, Lee So Yeon, aseveró que la policía norcoreana y otros funcionarios se aprovechan de las mujeres con casi total impunidad. 

"Estas cuestiones de derechos humanos no podrán ser erradicadas hasta que las medidas para resolverlas provengan de la estructura de poder del país", manifestó.

(Con información de AFP)