Álvarez salió en procesión con el Santísimo, uno de los símbolos sagrados de los católicos, en rogativa para que cesara la agresión en las protestas de 2018.
Álvarez salió en procesión con el Santísimo, uno de los símbolos sagrados de los católicos, en rogativa para que cesara la agresión en las protestas de 2018.

La de enfrenta su momento más álgido en la relación con el gobierno del presidente, tras la retención del obispo de Matagalpa,, uno de los más críticos a la gestión del Gobierno. Sin embargo, es solamente una parte del conflicto que se viene produciendo desde el 2018, cuando se dieron protestas masivas contra el gobierno de Ortega.

Persecución, allanamientos, cárcel, cierre de medios de comunicación católicos y exilio de religiosos, son algunas de las acciones oficiales represivas que enfrenta la Iglesia católica, en medio de la crisis que vive el país desde 2018, cuando se produjeron protestas masivas contra el gobierno de Ortega.

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“La Iglesia católica es la (institución) más creíble, de confianza y credibilidad en la población. El sitio al obispo Álvarez es un episodio más en el forcejo y represión que Ortega y (su esposa y vicepresidenta, Rosario) Murillo están ejerciendo para que se pliegue a sus posiciones, dijo a la AFP la socióloga Elvira Cuadra.

Agregó que “tienen una relación de confrontación abierta contra la iglesia desde 2018 (...) y antes, en 2014, cuando la Conferencia Episcopal (CEN), hizo pública una carta que contenía puntos fuertes sobre la institucionalidad y rumbo del país. Esa carta fue ignorada y molestó mucho a Ortega”.

Según la CIDH, las manifestaciones dejaron 355 fallecidos y cientos de detenidos, aunque el gobierno reconoce solo 200 muertos, incluyendo policías. (Foto: Marvin Recinos / AFP)
Según la CIDH, las manifestaciones dejaron 355 fallecidos y cientos de detenidos, aunque el gobierno reconoce solo 200 muertos, incluyendo policías. (Foto: Marvin Recinos / AFP)

Quién es Daniel Ortega

Daniel Ortega, un ex guerrillero de 76 años, gobierna Nicaragua desde 2007 y ha sido acusado de corrupción y nepotismo, además de la brutal represión que mantiene sobre sus rivales políticos y demás instituciones que considera incómodas a su gestión dictatorial.

Ortega, por su parte, niega tales acusaciones pues asegura que está construyendo el país y restituyendo derechos que fueron quitados a los nicaragüenses durante los gobiernos “neoliberales” que le antecedieron.

Vamos adelante. Sabemos que el porvenir nos pertenece(...) un pueblo que no se dejará, jamás, nunca más, arrebatar la paz”, acostumbra a decir Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Ortega, en sus alocuciones cotidianas de mediodía en todos los medios de comunicación afines a su gobierno.

El obispo católico nicaragüense Rolando Álvarez reza en la iglesia Santo Cristo de Esquipulas en Managua, el 20 de mayo de 2022. (Foto por AFP)
El obispo católico nicaragüense Rolando Álvarez reza en la iglesia Santo Cristo de Esquipulas en Managua, el 20 de mayo de 2022. (Foto por AFP)

Sobre Rolando Álvarez

Rolando Álvarez, de 55 años, fue nombrado obispo de Matagalpa por el Vaticano en el 2011. En su misión pastoral acostumbra visitar los pueblos rurales donde tiene aceptación de las comunidades. En 2015, encabezó una marcha multitudinaria, en Rancho Grande (Matagalpa), para oponerse a una concesión minera que el gobierno había otorgado a una compañía canadiense.

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, se encuentra retenido desde hace una semana, bloqueado por las fuerzas de seguridad en la Curia de esa ciudad situada a 127 kilómetros al norte de Managua, acusado de intentar desestabilizar al país.

Álvarez aseguró que tanto él como la decena de personas que lo acompañan están bien de salud. “Nos encontramos gracias a dios bien de salud, viviendo en comunidad (...) estamos en las manos de dios”, dijo Álvarez en una misa que transmitió por Facebook, en la que añadió que están viviendo el “encierro como un retiro espiritual”.

Las autoridades investigan al religioso por intentar “organizar grupos violentos” e incitar “a ejecutar actos de odio (..) con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”, indicó la policía el pasado viernes.

Álvarez fue retenido después de denunciar el cierre de cinco emisoras de radio religiosas y exigir al gobierno de Ortega que “respete” la libertad de culto ante los “hostigamientos” a la Iglesia.

La confrontación con la iglesia católica ha motivado mensajes de solidaridad de sus pares de América Latina, con llamados al diálogo en Nicaragua.

Antecedentes en Nicaragua

En marzo de este año, el representante del Vaticano, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, salió del país de forma intempestiva y según autoridades eclesiales, sus relaciones con el gobierno “no eran buenas”. El Vaticano, mediante un comunicado, había calificado de “incomprensible” la expulsión de su representante.

En julio, monjas Misioneras de la Caridad, de la orden de Santa Teresa de Calcuta abandonaron Nicaragua luego que el Congreso cerrara sus oficinas y se alegara que no estaban acreditadas para realizar operaciones de asistencia social.

Protestas del 2018

Durante las protestas de 2018, durante el ataque armado de paramilitares contra manifestantes, Álvarez salió en procesión con el Santísimo, uno de los símbolos sagrados de los católicos, en rogativa para que cesara la agresión. Pues, los obispos actuaron como mediadores en el primer intento de diálogo nacional en mayo de 2018, con el cual pretendían encontrar una salida a la crisis sociopolítica del país.

Sin embargo, el presidente Ortega ha llamado “terroristas” a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, a quienes señala de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que el gobierno denominó “intento de golpe de Estado”. Según la CIDH, las manifestaciones dejaron 355 fallecidos y cientos de detenidos, aunque el gobierno reconoce solo 200 muertos, incluyendo policías.

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Maruja Inquilla