La presidenta Cristina Fernández asumió hoy su segundo mandato ante el pleno de la Asamblea Legislativa, en una ceremonia en la que hizo prevalecer el recuerdo de su fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner. La mandataria, de 58 años, es la primera mujer reelegida en América Latina.
El hasta ahora ministro de Economía, Amado Boudou, asumió a su vez como vicepresidente y titular del Senado. Fernández, que gobernará hasta 2015, ingresó al recinto de la Cámara de Diputados escoltada por sus hijos Máximo y Florencia.
De riguroso luto desde que falleció el ex presidente Kirchner (2003-2007), la gobernante lució un vestido de vuelo entallado con un ancho cinturón y mangas de encaje transparentes.
Fernández y Boudou juraron ante el saliente vicepresidente Julio Cobos, quien se distanció de la presidenta desde hace más de dos años y cuya presencia en la ceremonia había sido puesta en entredicho por el oficialismo.
La gobernante rompió el protocolo al recibir de su hija menor Florencia Kirchner la banda presidencial, y no de manos del vicepresidente Cobos, como se acostumbra. Luego tomó el bastón hecho de madera de urunday, con el escudo nacional de oro y detalles en plata.
Al dirigirse a la asamblea, la emocionada mandataria afirmó que "no es un día fácil" porque "pese a la alegría falta algo y falta alguien", en una nueva referencia a su fallecido marido.
Al destacar la política de derechos humanos que permitió reanudar los juicios a los represores de la última dictadura militar (1976-1983) durante la gestión de Kirchner y la suya, Fernández dijo sentirse orgullosa de ser presidente de un país "líder y ejemplo" en el mundo.
La gobernante, que como es habitual no leyó su discurso, reconoció los avances en esta materia pero instó a la justicia a que cuando asuma el poder el próximo presidente en 2015, Argentina "haya dado vuelta definitiva a esa página".
Fernández destacó la figura de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, presente en la ceremonia, al recordar que de joven estuvo encarcelada a causa de la represión militar en su país y "hoy ocupa el sillón de uno de los países más importantes del mundo".
Al referirise a la crisis internacional, la presidenta también afirmó que existe "una nueva Argentina y un nuevo mundo que implica mayores desafíos y mayores decisiones comprometidas con los intereses de nuestro pueblo y nuestra sociedad".
La mandataria elogió las políticas económicas de los últimos ocho años y recordó que en 2003 había un 25% de desocupación, tan solo US$ 11 mil millones de reservas en el Banco Central, más de 54% de la población sumida en la pobreza y más de 25% en la indigencia.
Además de Roussef, en los palcos del Congreso, se ubicaron los presidentes de Uruguay, José Mujica de Bolivia, Evo Morales de Chile, Sebastián Piñera de Paraguay, Fernando Lugo de Guatemala, Álvaro Colom y de Honduras, Porfirio Lobo.
En representación de España estuvo el príncipe de Asturias y de Estados Unidos la secretaria de Trabajo, Hilda Solís, y el asesor presidencial para el hemisferio occidental, Daniel Restrepo.
También participaronn de la ceremonia legisladores, funcionarios, gobernadores, políticos de la oposición y artistas, mientras frente al parlamento estaban concentrados miles de militantes de sindicatos, organizaciones políticas y sociales.