Redacción PERÚ21

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La Paz. Con la cancelación de las elecciones del 20 de octubre, en las que había obtenido un cuarto mandato consecutivo en medio de denuncias de fraude e irregularidades, este domingo se promulgó una ley para convocar a nuevos comicios en .

De esta manera, y tras un mes de violencia que dejó 32 muertos, el país comenzó el camino hacia elecciones que por primera vez en 18 años no tendrán como candidato al exmandatario indígena, actualmente asilado en México.

A continuación, un resumen de los hechos clave de la crisis boliviana.

Elección presidencial

El 20 de octubre se celebran elecciones presidenciales.

El izquierdista Evo Morales, primer presidente indígena en Bolivia y en el poder desde hace 13 años, busca un cuarto mandato, posibilidad que no está contemplada en la Constitución y que fue rechazada en un referéndum en 2016 pero que luego la Justicia le autorizó.

El expresidente (2003-2005) centrista Carlos Mesa es el candidato opositor para enfrentarlo en una eventual segunda vuelta.

Hacia un balotaje

En la noche de la elección, Morales lidera el conteo con 45,28% de los votos frente a Mesa (38,16%). Los números pronostican una segunda vuelta, con 84% del escrutinio.

Para evitar un balotaje, el candidato principal necesita una mayoría absoluta o al menos el 40% de los votos con una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.

Opositores y observadores internacionales critican el lento ritmo de las autoridades para proporcionar el resultado, temiendo un fraude. Se inician manifestaciones en las calles.

El lunes 21, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) otorga el 46,4% de los votos a Morales, contra 37,07% para Mesa, con el 95,63% del conteo. La brecha se acerca a los 10 puntos necesarios para ganar en primera ronda. Mesa denuncia “fraude”.

Arde la calle

En varias regiones estallan incidentes violentos, que incluyen incendios, enfrentamientos con la policía y saqueos.

Manifestantes queman tres oficinas regionales del TSE en Potosí (suroeste), Sucre (sur) y Cobija (norte). El 22, organizaciones ciudadanas convocan a una huelga general por tiempo indeterminado.

El 23, Morales denuncia un “golpe de estado” en gestación, por parte de la derecha boliviana, con apoyo internacional.

Se producen incidentes entre partidarios de ambos lados.

Victoria oficial

El 25, los resultados finales declaran ganador a Morales con el 47,08% de los votos frente a 36,51% de Mesa.

La oposición, la Unión Europea, Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA), Colombia y Argentina demandan un balotaje.

Los bloqueos de calles y enfrentamientos continúan.

El 27, Morales descarta cualquier “negociación política”.

Auditoría de la OEA

Días después la protesta se intensifica con más bloqueos y enfrentamientos con la policía o entre simpatizantes y opositores de Morales.

El 31, comienza una auditoría de la OEA sobre el escrutinio, solicitada por el gobierno pero rechazada por la oposición.

Camacho lidera el desafío

El 2 de noviembre, Luis Fernando Camacho se erige como el rostro opositor más visible y radical, al llamar al ejército y la policía a “ponerse del lado de la gente” e instar al presidente a renunciar.

Morales llama a las fuerzas armadas a “servir al pueblo”.

El 4, Mesa exige una nueva votación.

El 6, tienen lugar violentos enfrentamientos en Cochabamba y bloqueos en otras partes del país.

En Vinto (centro), manifestantes prenden fuego el ayuntamiento y agreden a la alcaldesa.

Motines

El 8 de noviembre, tres unidades policiales se amotinan en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. Se observan escenas de fraternidad entre policías y manifestantes en La Paz y la rebelión se extiende a otras regiones.

Morales vuelve a denunciar un “golpe”, pero descarta una operación militar contra los amotinados.

Dimisión

El 10, Morales anuncia que convocará “nuevas elecciones nacionales que, mediante el voto, permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a nuevas autoridades”.

Poco antes, al difundir el informe preliminar de su auditoría, la OEA había exigido la anulación de los comicios y la realización de otros nuevos, ante su hallazgo de “irregularidades”.

Varios ministros y legisladores oficialistas renuncian.

Las Fuerzas Armadas y la Policía instan a Morales a dimitir.

Finalmente, desde su región natal en el centro de Bolivia, Morales anuncia su renuncia tras casi 14 años en el poder.

Asilo en México

El 11 de noviembre, Moscú denuncia la violencia orquestada por la oposición y la salida forzada de Morales, mientras que Madrid critica el papel del ejército y la policía.

En cambio, Donald Trump, acoge con satisfacción la señal enviada a los “regímenes ilegítimos”.

El 12, Morales se asila en México. La senadora derechista Jeanine Áñez se proclama presidenta interina en un Parlamento sin el cuórum necesario.

Nuevas elecciones

El 22, el Ministro del Interior presenta una denuncia contra Morales por “sedición y terrorismo”.

En La Paz, los habitantes sufren una grave escasez de alimentos.

El 24, Áñez promulga la ley, aprobada antes por el Parlamento, que convoca a nuevas elecciones presidenciales y legislativas, sin Evo Morales.

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