Lula (izq.) y Rousseff (der.), soleándose en su refugio de Bahía. (elmundo.es)
Lula (izq.) y Rousseff (der.), soleándose en su refugio de Bahía. (elmundo.es)

Redacción PERÚ21

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Las vacaciones que se ha tomado la presidenta brasileña de sus labores al frente del vecino país han causado polémica, luego de que se hiciera pública el gasto de 657,900 reales (unos US$349,515) que hizo el Estado brasileño en reformar la residencia donde la mandataria permanecerá las próximas dos semanas.

Rousseff –quien se encuentra acompañada de su madre, su hija y su nieto– escogió como su refugio de fin de año la base naval de Aratu, en Bahía, donde antes se alojaron también otros mandatarios, como Fernando Henrique Cardoso y el propio Lula Da Silva.

Sobre las remodelaciones a su morada vacacional, la indicó que, de acuerdo con cinco facturas emitidas entre el 21 de noviembre y el 10 de diciembre, se ha gastado alrededor de 175,000 euros (unos US$226.538) en renovar los muebles y los electrodomésticos de la residencia de Boca do Rio, en la mencionada base naval.

La lista de la compra incluye un espejo de gran tamaño que por sí solo costaba casi 2,500 euros (unos US$3,236), además de seis refrigeradoras y numerosos sofás, mesas, sillas y colchones, mientras que otros 8,000 euros (US$10,356) fueron destinados a la adquisición de ocho televisiones de 32 y 40 pulgadas, siete reproductores de DVD, uno de Blu-Ray y una computadora.

Con todo, el importe invertido en entretenimiento doméstico es apenas la mitad que el dinero que se destinó a sustituir las cortinas de la casa donde la mandataria descansa junto a sus familiares, que asciende a más de 15,000 euros (unos US$19,418), al que hay que añadir los otros 80,000 euros (unos US$103.560) por la "entrega del material" y la "ejecución de la obra de reforma", a cargo de la empresa Neoluz Projetos e Engenharia.

OBRAS DE 'MANTENIMIENTO'Tras difundirse dichas cifras, la Marina brasileña aclaró que las reformas en la residencia no estaban específicamente destinadas para a la presidenta, pese a que fueron realizadas poco tiempo antes de su llegada a Bahía.

Según fuentes militares consultadas por la ONG, la inversión forma parte del "mantenimiento" habitual de los inmuebles del Estado. Por su parte, el Palacio de Planalto se defendió asegurando que las obras estaban previstas desde octubre de 2010, cuando Rosseff aún no había sucedido a Lula en el cargo, informó el diario Folha de Sao Paulo.