El presidente de Ecuador, Rafael Correa, presidió hoy la quema de su propio muñeco, costumbre que practican los ecuatorianos cada 31 de diciembre como señal de despedida al año que termina.
El hecho se realizó en la Avenida 24 de Mayo, en la zona antigua de Quito, donde grabó su último informe sabatino del año. El monigote que representaba al presidente micrófono en mano, en alusión al uso intenso que hace de la radio y la televisión para comunicarse con los ciudadanos, lo acompañó durante buena parte de su presentación.
Asimismo, también fueron incinerados monigotes que representaban a políticos opositores a su régimen, así como uno con la camiseta del Deportivo Quito, equipo de fútbol que ganó el campeonato ecuatoriano este año y del cual Correa es fanático.
Previamente, el jefe de Estado refutó informes de un medio local que aseguraba que este año no se exhibieron monigotes que representaban a su persona por una supuesta prohibición y utilizó tomas de televisión con puestos de venta en Guayaquil en los que se expedían dichos productos.