(Foto: AFP)
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Conocido ya el avance y que ha alcanzado el en , es una triste realidad que comiencen a hacerse conocidos distintos casos que solo invitan a la reflexión sobre la situación que vivimos.

Por ejemplo, como doctora en emergencias en Nueva York, Kamini Doobay siempre supo que la muerte es parte del día a día cuando atiende a los más enfermos de la ciudad.

Kamini Doobay, doctora en urgencias en un centro médico de Nueva York Foto: AP
Kamini Doobay, doctora en urgencias en un centro médico de Nueva York Foto: AP

Sin embargo, nunca pensó vivirlo de forma tan cercana y cruda. Casi a diario debe observar a los pacientes más afectados por el coronavirus, que luchan por respirar (con respiradores artificiales), que no se les permita visitas por los estrictos protocolos para evitar la propagación del virus.

“A menudo, el paciente estará en su lecho de muerte, muriendo solo, y ha sido increíblemente doloroso ver el sufrimiento de los familiares, a quienes llamo desde la UCI, escuchar sus lágrimas y llorar con ellos por teléfono”, explicó Doobay, de 31 años, a Univision.

“Hay demasiada gente que está muriendo sola, sin absolutamente nadie cerca alrededor. Esta es una de las cosas más horribles”, añadió.

A Doobay le preocupa además el tipo de elecciones a las que podrían tener que enfrentarse los doctores: ¿Quién debería recibir qué tipo de ayuda si el número de casos sigue subiendo y supera el punto en el que hay equipos suficientes, como respiradores, para cubrir las necesidades de los pacientes?

“¿A quién se le da ese respirador? Estas son preguntas en las que pienso cuando vuelvo a casa por la noche y, afortunadamente, todavía no he tenido que tomar ese tipo de decisiones... Pero estamos llegando a estar muy cerca de ese punto”, reflexiona.

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