El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en la mira por su polémica sugerencia de usar desinfectantes contra el coronavirus. (Foto: AFP)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en la mira por su polémica sugerencia de usar desinfectantes contra el coronavirus. (Foto: AFP)

La última sugerencia del presidente estadounidense, , de inyectarse desinfectante y usar luz ultravioleta para acabar con el ha dejado estupefacta y horrorizada a la comunidad médica y científica, sobre todo después de conocerse que algunas personas se intoxicaron al querer probar la idea del mandatario.

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Los servicios de emergencia de Nueva York y Maryland recibieron desde el viernes más de 130 llamadas relacionadas con la exposición de personas a lejía y otros desinfectantes. Las autoridades no especificaron qué tipo de exposición hubo en estos casos, pero aseguraron que no hubo fallecidos.

Las intoxicaciones surgieron pese a que diversos médicos y académicos expresaron su “espanto” por las “peligrosas” ideas de Trump sobre desinfectantes y aunque el propio presidente dijo el viernes que lo “malinterpretaron” y que solo fue “sarcástico” cuando hizo el referido comentario.

Sin embargo, un periodista de la CNN indicó que el mandatario no estaba siendo sarcástico cuando planteó la posibilidad de inyectarse desinfectante, pues había pedido a sus expertos médicos que investigaran el tema. ¿Puede ser el presidente de Estados Unidos tan ignorante?

ESTRATEGIA POLÍTICA

El analista internacional Óscar Vidarte recordó a Perú21 que el inquilino de la Casa Blanca tiene un largo historial de afirmaciones falsas, pues ya antes dijo que comentarios serios pero controvertidos habían sido sarcasmo.

Por ejemplo, insistió en que su famosa solicitud de 2016 “Rusia, si estás escuchando”, para que Rusia le ayudara a obtener los correos electrónicos de Hillary Clinton, era “sarcástico” y hacía una “broma”. También dijo que estaba “bromeando” cuando acusó a los demócratas de traición en 2018.

Vidarte considera que Trump usa este tipo de declaraciones “polémicas” para desviar la atención de los temas centrales que afectan a EE.UU. “Ahora nadie habla de los muertos por el COVID-19, de las críticas de los gobernadores o de la población molesta por su mala gestión ante el coronavirus; todos hablan de los desinfectantes”, dijo.

El analista señaló que decir cosas falsas sería parte del discurso que ha construido Trump aún desde antes de ser presidente y es lo que le ha permitido afianzar ciertos vínculos con una parte del electorado, que lo ve como una alternativa y una opción más cercana.

“Trump usa los elementos contrarios para ponerse en el centro del debate, sabe cómo estar en la cresta de la ola y que todos hablen de él. Así ha anulado a sus opositores políticos que en este momento no existen, y no le importa que haya un bullying masivo en su contra, porque así logra que más gente lo apoye”, indicó.

Aunque dijo que cuesta creer que así sea, recordó que esa estrategia le funcionó al extinto presidente venezolano Hugo Chávez, quien también usaba un discurso confrontacional y elementos poco creíbles de los que muchos se burlaban, pero que tenían gran impacto y generaban mucha empatía en un grupo de la población.

“Su discurso pegaba y era una mezcla de discurso político y de acción en algunos escenarios, con cuestionamiento popular y criollo frente a las élites. En el caso de Trump maneja un discurso bravucón, cuestionador, antitodo, criollo, simple, pero altanero y autoritario, y eso le ha permitido un gran apoyo y más del 40% de aprobación”, refirió Vidarte.

¿TRASTORNO BIPOLAR?

Por su parte, el psiquiátra Freddy Vásquez indicó a este diario que los rasgos psicopatológicos que presenta el mandatario, de un sabelotodo, orgulloso y bravucón -y que se pueden apreciar a través de su hoja de vida, sus discursos y su campaña-, coinciden con el trastorno bipolar, que corresponden a una persona con “ideas de grandeza, que habla sin filtro y usa el sarcasmo de forma irresponsable”.

“Hacer bromas de esa naturaleza es parte de esta patología, pero desgraciadamente se torna negativa por la influencia que esta persona tiene sobre la ciudadanía, pues mucha gente sugestionable puede creer que el mensaje de los desinfectantes o del sol es verdadero, cuando sabemos bien que no es así”, manifestó.

El experto dijo, sin embargo, que en este tipo de trastorno las personas no pueden controlar estos arranques de orgullo y poder y, por ello, hablan sin filtro y dicen bravatas, como las que Trump ha hecho antes con China, Corea del Norte o la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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