Un trabajador médico llena una jeringa con una dosis de la vacuna contra el coronavirus Covid-19 de Comirnaty Pfizer-BioNTech en un nuevo centro de vacunación en el pabellón Lingotto Fiere Torino en Turín. (Foto: STR / AFP).
Un trabajador médico llena una jeringa con una dosis de la vacuna contra el coronavirus Covid-19 de Comirnaty Pfizer-BioNTech en un nuevo centro de vacunación en el pabellón Lingotto Fiere Torino en Turín. (Foto: STR / AFP).

Las dosis de refuerzo de las vacunas contra el actuales ofrecen una protección diferente en función de las diferentes marcas, aunque la inmunidad en general vuelve a mejorar, según un estudio publicado el viernes por The Lancet.

El estudio fue realizado en junio en el Reino Unido sobre un grupo de 3.000 personas, y comparó numerosas configuraciones, según la vacuna inyectada inicialmente y la escogida como refuerzo.

Los pacientes habían recibido una pauta completa de vacunación inicial, con AstraZeneca o Pfizer/BioNtech.

En el caso de Pfizer recibieron una dosis de refuerzo como mínimo dos meses después de su pauta. En el caso de AstraZeneca recibieron la tercera inyección como mínimo tres meses después.

Dicha dosis podía ser de la misma marca, o una combinación con CureVac, Moderna, Novavax, Valneva o Janssen.

A otros pacientes se les inyectó un placebo.

En prácticamente todas las configuraciones de refuerzo (excepto las que contenían un placebo), los participantes generaron nuevas dosis de anticuerpos, aunque la combinación Pfizer/Valneva no aportó ningún cambio sustancial.

“Todas las vacunas que reforzaron la inmunidad dieron resultado con gente joven y mayor, pero hay grandes diferencias de respuesta según la vacuna”, explicaron los autores del estudio.

Además, el análisis mostró varias limitaciones.

Por un lado, la dosis de refuerzo fue administrada con un lapso de tiempo corto respecto a la segunda dosis. Incluso en algunos casos el tiempo transcurrido entre la tercera dosis y la segunda fue inferior que el periodo entre la primera y la segunda inyección.

Y además el estudio no midió la eficacia real de las vacunas respecto a la enfermedad, sino solamente las reacciones del sistema inmunitario.

Los autores tienen previsto seguir controlando el nivel de reacción de las personas que participaron en el estudio entre seis y ocho meses después de sus primeras dosis.

El estudio también analizó los efectos secundarios, considerados “aceptables” en todas las configuraciones.

Fuente: AFP

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