Personas que usan máscaras faciales esperan el transporte en la estación de metro Shinagawa durante la hora pico. (REUTERS / Kim Kyung- Hoon).
Personas que usan máscaras faciales esperan el transporte en la estación de metro Shinagawa durante la hora pico. (REUTERS / Kim Kyung- Hoon).

Una nueva investigación hecha en indica que la propagación del nuevo podría darse simplemente a través de una conversación con otra personas.

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Según señala World Economic Forum, la emisora pública NHK realizó un experimento con cámaras de alta definición e iluminación láser para obtener el movimiento de las microgotas (partículas de un tamaño muy menor).

Los investigadores descubrieron que estas partículas se propagan cada vez que hablamos. Incluso, si nos expresamos de manera enérgica, su emisión será mayor. Por ello, dos personas que mantengan una charla a una distancia normal podría darse el contagio de manera muy fácil.

Por tal motivo, estos resultados reafirman la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de mantener la distancia social de al menos 1 metro en toda circunstancia.

La investigación en Japón genera un nuevo enfoque de la propagación del COVID-19. Recordemos que, en estudios pasados solo se puso énfasis en los estornudos y en la tos, que tenían gotas superiores a 1 milímetro.

La emisora pública NHK descubrió que las gotas que produce un estornudo caen de manera rápida al suelo y no “viajan muy lejos". Pero un detalle llamó la atención: las microgotas (menos de una centésima de milímetro).

Los investigadores creen que un “solo golpe” de estornudo o tos puede producir 100,000 microgotas.

“Las microgotas transportan muchos virus. (...) Las producimos cuando hablamos en voz alta o respiramos con dificultad. Las personas que nos rodean las inhalan y así es como se propaga el virus. Ahora estamos empezando a ver este riesgo”, dijo el jefe de la Asociación Japonesa de Enfermedades Infecciosas, Kazuhiro Tateda.

Un verdadero riesgo invisible

Los investigadores hicieron una simulación con un aproximado de 10 personas en una zona cerrada. En medio de esa reunión, una persona tosió y las gotas de mayor tamaño cayeron a la superficie en un minuto.

Sin embargo, las microgotas tienden a quedarse en el aire en espacios más cerrados durante más tiempo.

Luego de 20 minutos de la tos, las microgotas continuaban flotando en el aire y estaban en toda la zona cerrada, pero al momento de abrir la ventana, salieron de inmediato.

“Lo importante es crear dos aberturas. (...) Haciendo esto al menos una vez por hora se reduce considerablemente el riesgo de contagio”, aseguró Tateda.

Finalmente, los expertos dicen que la utilización de la mascarilla puede reducir la propagación de las microgotas. En este sentido, se protege a la persona que habla y a sus oyentes de ser contagiados.

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