se está preparando para la posibilidad de que “decenas de miles” de personas se sometan a pruebas para detectar un nuevo coronavirus, dijo este sábado un vocero del Ministerio de Salud de la República Islámica, subrayando la preocupación generada por el brote en la nación.

El COVID-19, la enfermedad causada por el virus, deja por el momento 43 muertos de los 593 casos confirmados en el país, explicó Kianoush Jahanpour en una conferencia de prensa.

La nueva cifra de contagios en Irán eleva el total de casos en Medio Oriente por encima de los 720. La República Islámica registra el mayor número de decesos en el mundo, solo por detrás de China, donde está el epicentro del virus.

Jahanpour negó los reportes del servicio en farsi de la BBC que afirmaban que el número de víctimas mortales era cuatro veces mayor, y dijo que los medios de comunicación extranjeros tenían prejuicios “políticos” y no tenían acceso a los laboratorios iraníes.

Sin embargo, al reconocer la cantidad de personas que podrían someterse a pruebas, mostró la preocupación existente en Irán por el virus, especialmente luego de días en los que las autoridades minimizaron su importancia.

El portavoz pidió además a la población que no asista a los funerales, ya que las grandes concentraciones podrían ayudar a propagar la enfermedad.

Preocupación en Bahrein y Arabia Saudita

Antes el sábado, Bahrein amenazó con emprender acciones legales contra quienes llegaron de Irán y no se sometieron a pruebas para detectar el COVID-19 y prohibió las concentraciones públicas por dos semanas.

La pequeña nación insular, ubicada ante la costa saudita, se ha visto afectada por el virus y ha suspendió todos los vuelos para frenar su propagación.

Todos los casos positivos en Bahrein están relacionados con Irán, donde la enfermedad afectó incluso a altos cargos, y los expertos temen que la cifra real de afectados en la República Islámica pueda ser mucho más alta.

Antes del anuncio del brote, 2.292 personas procedentes de Irán entraron al reino, explicó el Ministerio del Interior de Bahrein en un comunicado. De ellos, solo “310 ciudadanos” llamaron a las autoridades y pasaron controles, agregó la nota.

Los procedimientos legales se tomarían contra cualquiera que regresó desde Irán en febrero y no llamó para pedir cita para las pruebas”, señaló el ministerio. “Esto subraya que la prevención del brote de la infección es responsabilidad de los individuos y la sociedad en conjunto”.

Bahrein, que está gobernado por suníes, mantuvo durante años una campaña de represión contra la disidencia luego de la Primavera Árabe de 2011, en la que la población chií, que es mayoritaria, reclamó más libertad política. Los insurgentes perpetraron pequeños y esporádicos atentados desde entonces, de los que las fuerzas de seguridad culpan a Irán.

Por otra parte, Arabia Saudita anunció el sábado que impedirá que ciudadanos del Consejo de Cooperación del Golfo visiten los sitios más sagrados del islam, La Meca y Media, por temor a la propagación del coronavirus. El grupo está integrado por Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Riad ya había vetado el jueves la entrada de peregrinos extranjeros a estos lugares, alterando los planes de miles de musulmanes que ya se dirigían al reino.

La decisión podría afectar a millones de fieles antes del mes sagrado de ayuno, el Ramadán, y la peregrinación anual del haj.

CON INFORMACIÓN DE AP