¿Qué posibilidad existe de que ocurra una segunda ola de contagios de COVID-19 a nivel mundial?

El doctor Zhang Wenhon, jefe del equipo de expertos del COVID-19 en Shanghái (China), en conversación con el diario Caixin, advirtió el pasado miércoles que existe una “alta probabilidad” de que se produzca una segunda ola de contagios a nivel mundial durante setiembre o noviembre del presente 2020.

Según Zhang, es “poco probable” que la pandemia termine en junio o agosto y señaló que incluso durará “en gran medida hasta el próximo año”.

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“En la actualidad, la pandemia ha alcanzado una etapa crítica. A nivel mundial, Europa y EE.UU. no han mantenido un control efectivo por el momento. Sin embargo, en África, América del Sur y la India, donde la economía está menos desarrollada y los recursos médicos son insuficientes, los nuevos casos han aumentado exponencialmente, lo que genera una gran incertidumbre en la lucha mundial contra la epidemia”, señaló el experto.

“Hace dos semanas dije repetidamente que es poco probable que la pandemia termine para junio o agosto, que durará en gran medida hasta el próximo año. Desarrollos recientes lo han confirmado. Se espera que el número de casos nuevos en Europa y EE.UU. aumente gradualmente y alcance un punto de inflexión, pero los brotes acaban de comenzar en otros lugares. Suponiendo que pueda contenerse en 3 o 4 meses, después de la caída, podría venir la segunda ola. Hay una alta probabilidad de un segundo brote internacional”, agregó Zhang, quien también es director del departamento de enfermedades infecciosas del hospital universitario de Huashan.

LAS MEDIDAS QUE CHINA DEBE TOMAR

Asimismo, el doctor indició que, aunque todo está “bajo control” en China, el país necesita “planificar el segundo pico de infecciones importadas” e intentar evitar una nueva ola de contagios.

Zhang enfatizó que, para lograrlo, el Gobierno chino debería de centrarse en tres líneas de defensa: aduanas, comunidades y el control de enfermedades y el sistema hospitalario.

De esta forma, todas las personas que lleguen del extranjero deben de ser monitoreadas regularmente y permanecer bajo vigilancia al menos dos semanas desde su llegada.

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