Un niño de 12 años y un joven de 18 años, de origen venezolano, fueron acusados de robar comida en un almacén en Colombia. Los hechos ocurridos en Tibú, al Norte de Santander, fueron registrados a través de un video compartido en redes sociales. En las imágenes se ve cómo un hombre, que sería un comerciante de la zona, ata de las manos a los jóvenes y lanza una advertencia para quienes vean el video.
“No queremos verlos tirados en alguna orilla de las carreteras. Bajo nuestras responsabilidades están, entonces los vamos a entregar a las autoridades”, dice alguien en la grabación difundida y advierte a otras personas a tener cuidado con ambos intervenidos; sin embargo, la realidad fue otra. Al día siguiente, los cuerpos de los intervenidos fueron encontrados en una carretera de la zona.
Según medios colombianos y videos que circulan en Twitter, los dos acusados fueron detenidos por quienes serían comerciantes de la zona, quienes decidieron hacer “justicia con sus propias manos”.
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Después del presunto robo, hombres en moto, armados y desconocidos se acercaron y se llevaron a los dos intervenidos, después de eso sus cuerpos fueron encontrados en un camino de tierra, reporta el Diario La Opinión. En las fuertes imágenes se ve que los dos jóvenes recibieron disparos en la cabeza, el menor llevaba un letrero que decía “ladrón”.
La Policía ha ofrecido 100 millones de pesos colombianos a quien brinde información para conocer a los responsables y tomar las medidas correspondiente. Por el momento no hay detenidos.
“Expresamos condolencias a su familia. Instamos a las autoridades a investigar estos hechos. Hacemos un llamado al respeto a la vida y protección de los niños y las niñas”, La Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó el doble asesinato. La organización, con sede en Colombia, hizo “un llamado al respeto a la vida y protección de los niños y las niñas”.
La situación ha generado tan conmoción que se manejan diversas versiones. Según las autoridades departamentales, existen razones importantes para creer que los asesinos, que dejaron los cuerpos en la ruta de Tibú hacia El Tarra, forman parte de las disidencias de las Farc identificadas como Grupo Armado Organizado residual (GAOr) 33, que opera en la zona del Catatumbo.