La Justicia estadounidense condenó a seis años de prisión efectiva a un sujeto que orinó dentro del dispensador de agua y en las botellas de sus compañeras, y las contagió de herpes.
Todo comenzó cuando una de las trabajadores de una reconocida clínica de Houston, Texas, notó que el agua que bebía en la oficina tenía un olor extraño y decidió cambiar a botellas de plástico.
Sin embargo, el mismo aroma invadió el agua que ella traía desde casa y no solo eso, sino que también comenzó a notar una ligera coloración amarilla en su agua mineral y, luego, hervida.
Llena de preocupación, decidió instalar una cámara escondida que apuntaba a su escritorio, con la cual pudo identificar a su colega, Lucio Catarino Díaz, miccionando su envase todos los días.
El sujeto de 53 años fue grabado acercándose a la botella, destapándola, abriéndose la bragueta, sacando su pene, introduciéndolo y orinando adentro, cerrándolo y guardando su aparato.
Esta acción fue repetida no solo con esa recipiente, sino con la del resto de compañeras y en el dispensador de agua. En ese intercambio no consensuado de fluídos, todas se contagiaron de herpes.
Así lo confirmaron las trabajadoras de la clínica norteamericana después de practicarse los correspondientes exámenes para la identificación de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
Finalmente, vale resaltar que Lucio Catarino Díaz admitió haber realizado esos repudiables actos deliberadamente, por lo que recibió una condena de 6 años, tras considerar sus fluídos como un arma.
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