Las Fuerzas Armadas de Colombia fueron autorizadas por el gobierno para bombardear desde aviones y helicópteros a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartaron del proceso de paz para seguir en el narcotráfico y la minería ilegal, informó el Ministerio de Defensa.
Las autoridades reconocen la existencia de entre 800 y 1,000 combatientes de las FARC que no aceptaron los términos del acuerdo que firmó a finales de 2016 el antiguo grupo rebelde con el presidente Juan Manuel Santos, buscando poner fin a un conflicto que duró 52 años y dejó 220,000 muertos y millones de desplazados.
Más de 11,300 integrantes de las FARC, entre combatientes, auxiliadores y presos, están en proceso de reincorporación a la sociedad colombiana después de que el grupo entregó las armas a las Naciones Unidas y conformó un partido político.