Los testimonios de dos universitarias de Colombia han generado revuelo tras conocerse cómo operan las redes de prostitución al interior de las universidades de este país.
A través de un reportaje realizado por la BBC, se conoció cual es el procedimiento que se emplea para reclutar a jóvenes, mujeres y hombres en estos centros de estudio.
Sofía (25), una de las declarantes, contó que ella fue captada a través de una compañera de universidad. Según aseveró, su colega la invitó a realizar un viaje a Cartagena con sus amigos, pero esta se negó a ir.
Ante la negativa, su amiga le dijo que el viaje era con todos los gastos pagados y Sofía accedió. "Acepté ir a Cartagena y cuando volví con un sobre con dinero me di cuenta que ya estaba en este mundo", señaló al medio británico.
Sin embargo, esta no es la única modalidad empleada para este ilegal negocio. Los campus universitarios se han visto inundados con anuncios que prometen la obtención de un buen salario solo con una mínima condición: ser bonita.
Según han relatado testigos de este hecho, en algunos locales estudiantiles de una universidad de Medellín hay afiches con mensajes como: "¿Tú conoces o tienes amigas bonitas? ¿Quieres ganar algo de dinero extra y rápido? (...) ayúdame a conseguir una muchacha como describo y te ayudo económicamente a ti y a ella. Para relación o amistad".
Otra joven que fue captada por estas redes criminales es Lina (26), quien afirma que ha trabajado como dama de compañía en, al menos, 20 de los 32 departamentos de Colombia.
En ambos casos, estas jóvenes aseguran que una de las principales motivaciones para que ellas ingresen a este "bajo mundo", como lo califican, son las dificultades económicas que exige la continuidad de los estudios universitarios.
No obstante, en 2017, la policía de Medellín informó que otra realidad subyace a la presencia de proxenetas en las universidades y es la microcomercialización de estupefacientes.
Ante esta situación, los directivos de algunas universidades han dispuesto la apertura de 'líneas seguras' para que las jóvenes puedan denuncien cuando se encuentren al algún 'reclutador' o cuando se encuentren en alguna situación de riesgo.