El presidente Porfirio Lobo consuela a un familiar de uno de los presos fallecidos. (AP)
El presidente Porfirio Lobo consuela a un familiar de uno de los presos fallecidos. (AP)

Redacción PERÚ21

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El fiscal general de , Luis Alberto Rubí, indicó que el descuido de un preso que se durmió mientras fumaba podría ser la causa del en el que murieron 360 reclusos del penal de .

"(Esta hipótesis) es la predominante en este momento, según las numerosas declaraciones de los testigos. Pero aún no precisamos cuál de los prisioneros fumaba y se durmió. El cigarrillo habría caído al colchón, que se incendió y causó la tragedia", indicó el funcionario.

Rubí indicó que la versión es respaldada por seis expertos del buró de de Estados Unidos (ATF, en inglés), quienes trabajan desde el viernes para identificar el origen del incendio.

La emitió un informe preliminar sobre la investigación, que realizó en conjunto con las autoridades hondureñas, en el cual concuerda de que se trató de una flama proveniente de algún encendedor, cigarrillo, cerillo u otro, pero fundamentalmente descartó que la causa haya sido un rayo, un problema eléctrico o algún combustible o líquido inflamable.

Como la causa del fuego ha sido clasificada como accidental, este trágico evento ha llevado la atención hacia las inadecuadas prácticas de seguridad dentro del sistema hondureño de prisiones, tales como la sobrepoblacion, la presencia de materiales inflamables, personal insuficiente en los turnos y la falta de un plan viable de evacuación para los reos.

Muchos reos murieron calcinados abrazados a los barrotes de las celdas, otros asfixiados por el humo o ahogados al lanzarse a pilas de agua del penal en un intento de protegerse de las llamas.

Después del incendio, surgieron rápidamente las versiones populares de que un recluso había incendiado intencionalmente su colchón en una riña carcelaria y bajo el efecto de drogas, desatando el fuego, y que los guardias del centro penal habían disparado contra los reos.

El fiscal dijo que, de acuerdo a las investigaciones preliminares, "se descartó también que el siniestro fue provocado por el uso de gasolina".

Algunos de los sobrevivientes y sus familiares acusaron inicialmente a los guardias de haber rociado con gasolina la parte trasera del edificio carcelario para provocar las llamas y matar así a los reclusos.

Rubí sostuvo que los 25 médicos forenses de Chile, El Salvador, Guatemala y Honduras han practicado hasta ahora la autopsia a 277 cadáveres y que ninguno de ellos presenta evidencias de disparos. Faltan 82 autopsias.

La cifra de muertos aumentó de 359 a 360 con el fallecimiento del reo Juan Angel Arias, de 66 años, informó el médico Manuel Boquín. "Hicimos esfuerzos por salvarlo, pero solo le prolongamos la vida por unos días más ante las lesiones severas que presentaba", agregó.

El presidente informó que indultará al preso Marco Antonio Bonilla, que "se arriesgó increíblemente al tratar de salvar vidas durante la tragedia" del martes de la semana pasada en Comayagua, al norte del país.

El mandatario instruyó al ministro del Interior, Africo Madrid, a agilizar el trámite del indulto presidencial a favor de Bonilla, un encausado por homicidio que abrió los candados de algunas celdas donde los presidiarios estaban atrapados en medio de las llamas.

Las llaves aparentemente fueron arrojadas al piso por los guardias que huían del fuego, según versiones de algunos prisioneros. La situación es investigada por las autoridades.

El asunto es de gran relevancia considerando el que prevalece entre los más de 500 parientes de las víctimas, quienes presionan al gobierno para aclarar la situación y que han protagonizado dos disturbios en seis días.