Los chinos son muy conocidos por su creatividad y por la elaboración de productos a bajo costo. Y este cliché sí calza para Tan Yong, un extranjero que creó su propio submarino en el centro de .

Para la construcción del aparato, que funciona con una bomba de aire que le permite subir y bajar en el agua, Yong invirtió US$5 mil, y tardó 9 meses.

Mediante las ventanas de la nave el puede hacerse una idea sobre la profundidad. Asimismo, también se ayuda con otros aparatos para medir la presión del aire bajo el agua.

Según reveló a la agencia AFP, su nave puede permanecer hasta 45 minutos bajo el agua, y puede descender cerca de 10 metros.

"Yo le dije por qué no puedes hacer aviones o cañones sobre la tierra", dijo su madre, quien reveló que tiene miedo que le pase algo a su hijo, y que por eso prefiere no ser testigo de sus descensos al agua. En tanto, uno de los hijos de Yong afirmó que este se gastó todo el dinero que tenía, y que no cree que construirá otra nave.

A estas raras creaciones también se le unen un avión monoplaza construido por un ex peluquero, y unas cápsulas que prometen salvar la vida en caso ocurra el Apocalisis.

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