El Gobierno de la provincia de Jiangxi (sureste de China) implementó una polémica medida que prohíbe los entierros por falta de espacio en los cementarios, según información recogida por EFE.
Esta aldea china intenta dejar atrás la tradición de enterrar a los muertos en ataúdes y, con medidas gubernamentales, fomentar la incineración.
Esta medida ha sido duramente criticada por la prensa local y los ciudadanos, pues las autoridades se han visto obligadas al decomiso y destrucción de los ataúdes.
Varias personas, en señal de protesta, se han metido en el interior de los féretros para evitar que se los quiten.
De acuerdo a la ley, emitida hace 6 meses, desde septiembre estará prohibido enterrar a los muertos en ataúdes por lo que no se puede poseer ni fabricar féretros.
Según la tradición china, el difunto ha de viajar al más allá de la forma más intacta posible y es por ello que el enterramiento es la práctica que se considera más adecuada.
Sin embargo, en los últimos años, se ha intentado cambiar esta concepción, ya que en muchos lugares la falta de espacio la hace insostenible, especialmente en las grandes ciudades donde ya es obligatorio incinerar a los cadáveres.
Los ciudadanos no entienden por qué los intereses económicos del Estado chino deban colocarse por encima de las tradiciones.
OTRAS ALTERNATIVAS
Desde que se introdujo la medida en la zona, se han entregado voluntariamente unos 5.800 féretros y otros tantos han sido decomisados por las fuerzas de seguridad.
El Gobierno viene promocionando funerales alternativos, como los entierros verdes, aquellos que ocupan menos tierra o consumen menos recursos y usan materiales biodegradables. Entre ellos está el esparcimiento de las cenizas en el mar o su enterramiento cerca de los árboles.