El rechazo fue masivo. (Internet)
El rechazo fue masivo. (Internet)

Redacción PERÚ21

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Una mujer de 23 años con siete meses de embarazo fue forzada a abortar por las autoridades de planificación familiar en China, tras no poder pagar la multa de 40,000 yuanes (cerca de US$6,300) por encargar un segundo hijo.

El caso, conocido por la circulación en internet de una foto donde se ve a la joven madre recostada en una cama de hospital al lado del cadáver de su bebé, ha causado la indignación de la opinión pública y cuestiona las leyes que restringen la libertad de concebir en China.

Jianmei Feng, originaria de una región al interior de Mongolia, fue detenida durante tres días en la provincia de Shaanxi (centro oeste) y obligada por cinco hombres a firmar una hoja consintiendo el aborto, según relató su esposo, Deng Jiyuan. Tres días después, le inyectaron una solución que acabó con la vida de su futura hija.

Según la versión oficial, las autoridades convencieron a Feng de practicarse el aborto tras explicarle que debía obtener la documentación necesaria si quería tener un segundo hijo. A pesar de esta declaración, las autoridades están investigando el hecho.

El caso ha generado miles de comentarios en las redes sociales, entre los que destacan los del propio marido, Deng Jiyuan, quien afirmó que luchará "hasta el final" por defender su derecho. "No sólo es cosa de una mujer, sino de todos los niños chinos y sobre la libertad de nacer".